ALBERTO AYALA, EL CORREO 28/07/13
· La idea de Convergencia de conformar una candidatura catalanista por el derecho a decidir tiene en vilo a los jeltzales.
La política española cerrará esta semana el primer período de sesiones del año. Lo hará con la comparecencia, forzada, del presidente Rajoy ante el Congreso para hablar de los (presuntos) desmanes de Luis Bárcenas y de las gravísimas acusaciones que ha realizado tras ser descubierto. Unas imputaciones que quien llevó las cuentas del PP durante dos décadas no ha sustentado con pruebas jurídicamente indubitables, pero que la calle sí ha dado por buenas.
Vista la creciente perversión del modelo político que se implantó en la Transición para asentar la democracia en España habrá que saludar que, al menos, vayamos a tener debate. No por conciencia democrática del Gobierno del PP sino, en gran medida, por la presión internacional. Eso sí, desafortunadamente, no parece que los grandes partidos tengan previsto aprovechar la ocasión para comprometerse con alguna de las urgentes reformas que reclama la sociedad.
La opinión pública –y la publicada– exhibe un creciente malestar por la forma en que se ha maleado el sistema de división de poderes (curioso, y no paso de ahí, que el Tribunal Supremo haya librado de la cárcel esta semana a tres políticos de tres formaciones distintas, en algún caso pese a considerar política y moralmente reprobables sus actos). Y cada día tolera peor que las grandes formaciones hayan caído en manos de unos ‘aparatos’ cuya fuerza radica en que son quienes reparten cargos y puestos en las listas electorales, y que han arrumbado con la democracia interna en sus propias organizaciones.
En diez meses
El debate está abierto, pero en las salas de máquinas de los partidos en lo que se piensa de verdad es en el próximo reto electoral, que ya está a la vuelta de la esquina. En menos de diez meses, el 25 de mayo de 2014, se celebrarán comicios europeos.
Históricamente la designación de los parlamentarios españoles en la Cámara de Estrasburgo ha sido una elección de orden menor, aquí y en gran parte de la Unión Europea. Para corroborarlo apenas dos datos: en la cita con las urnas de 2009 la abstención rondó el 55% en España y en Euskadi se disparó hasta casi el 59%.
Dado el actual clima de descrédito de la política y los políticos, con el bipartidismo en caída libre, parecen dos las grandes incógnitas a despejar. La primera, si los ciudadanos traducirán su enfado en una menor o en una mayor afluencia a las urnas. La segunda, hasta dónde caerán PP y PSOE, en qué guarismos quedará fijado su suelo electoral, y quienes y cuánto se beneficiarán de ello: IU, UPyD o alguna formación de nuevo cuño.
Pero las elecciones europeas tienen otra especificidad. Es la única cita con las urnas en la que la circunscripción es estatal. Ello beneficia, sin duda, a los partidos con implantación en toda España, en tanto obliga a las fuerzas nacionalistas y regionalistas a coaligarse con formaciones de otras comunidades distintas a la suya si quieren conseguir un sillón en Europa.
Hace cuatro años, el primer partido vasco, el PNV, concurrió en la Coalición por Europa con CiU, Coalición Canaria y otras fuerzas menores, alguna no muy presentable estos días como Unión Mallorquina. La plancha –que logró 808.000 votos en España, 208.000 de ellos en la comunidad autónoma vasca– consiguió dos asientos en Estrasburgo. Uno para el convergente Ramón Tremosa y otro para la expresidenta jeltzale del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao.
El partido de Andoni Ortuzar, consciente de que la soledad sería el mejor camino para quedarse por primera vez sin representación en Europa, aspiraba y aspira a repetir alianza, al menos, con la coalición catalanista de Artur Mas y Josep Antoni Durán Lleida. Pero se ha topado con un obstáculo: el sector más soberanista de CDC sueña con conformar una candidatura catalanista por el derecho a decidir para las europeas junto a ERC, ICV, algunos socialistas y, si lo desea, con UDC. ¿El objetivo convergente? Evitar lo que ya vaticinan todas las encuestas: que ERC, o la lista en la que vaya el partido republicano de Oriol Junqueras, logre el ‘sorpasso’ y adelante por primera vez a Convergencia.
Con EH Bildu
Medios políticos nacionalistas tanto catalanes como vascos sostienen que ERC quiere concurrir a Europa con los nacionalistas gallegos, como en 2009, y con EH Bildu. Hace cuatro años, EA sí fue con Esquerra mientras la izquierda abertzale, entonces con Batasuna ilegalizada, apoyó una plancha internacionalista. Junqueras logró escaño, no así la izquierda radical vasca.
Compás de espera, pues, en Sabin Etxea. Y preocupación hasta conocer la decisión final de convergentes y republicanos, que se aguarda para septiembre. Si, como espera el Euzkadi buru batzar, ERC hace descarrilar la non nata coalición catalanista por el derecho a decidir, CiU y PNV volverán a concurrir en coalición casi con toda probabilidad. Si los jeltzales se quedaran colgados sin Convergencia, sólo con Unió Democrática, el partido de Durán, que hace escasos días visitó Sabin Etxea, y otros grupos nacionalistas menores como los canarios de CC, sus posibilidades de lograr un escaño en Europa bajarían muchísimos enteros.
El 25 de mayo de 2014, el PNV tratará de revalidar el escaño europeo de Izaskun Bilbao, políticamente muy valioso para un partido nacionalista. Pero, además, tiene otro objetivo: volver a evitar que la plancha en la que concurra la izquierda abertzale le adelante. Lo logró en las municipales y forales, en las generales y en las autonómicas. Esta vez tampoco será tarea sencilla.
ALBERTO AYALA, EL CORREO 28/07/13