El del gorro granate no es de la trama

No insistiré en la corrupción de Pedro Sánchez, aunque los hechos sí nos han permitido asomarnos a un panorama insólito. Leamos las últimas declaraciones en las que se refería al caso Ábalos: “Somos un Gobierno que nació de la necesidad de acabar con la corrupción de la anterior administración y que ha hecho de la ejemplaridad su bandera. La lucha contra la corrupción ha de ser implacable, venga de donde venga y caiga quien caiga”. Lo dice el tipo que en el hecho fundacional de su impostura se miraba en el espejo de Alemania, donde los plagiarios de tesis doctorales dimitían de sus cargos de ministros cuando se les pillaba, el mismo sujeto que hizo su portavoz en aquella infame moción a José Luis Ábalos, que ya tenía a Koldo García como asistente desde hacía un año.

Después ascendió al descubridor de Koldo, Santos Cerdán, pero no queda ahí la cosa: En la trama del portero de la mancebía Rosalex están pringados, no solo el poder ejecutivo, con la presencia de Ábalos en el lío y la de los ministros Grande Marlasca y Ángel Víctor Torres, entonces presidente canario y ahora ministro de Política Territorial y Memoria Democrática.

También tiene su cuota el legislativo, con los 3,7 millones que la presidenta del Congreso, entonces presidenta balear, contrató con la gente de Koldo, formalizando cuatro días después el expediente que lo justificaba con efecto retroactivo, tal como cuenta hoy Urreiztieta. El contrató se realizó por mail el 25 de abril de2020 y el expediente se hizo el día 29. El material había llegado el día 26 y era inservible. Como diría la jurista de desconocido prestigio, eso no lo hizo la presidenta del Congreso, sino la del Gobierno balear.

¿Y el poder judicial? Digamos que Cándido Conde-Pumpido también está pringado en los enjuagues del sanchismo. El Tribunal Constitucional que preside no forma parte del Poder judicial, pero Conde tiene una larga trayectoria: fue presidente de la Audiencia de Segovia, magistrado del Supremo durante 22 años y fiscal general del Estado durante todo el zapaterato. Recuérdese que Arnaldo Otegi se acogió a él cuando supo que el fiscal pedía su ingreso en prisión por el caso Bateragune: “¿Esto lo sabe Conde-Pumpido?”

Por otra parte, él tiene muchas probabilidades de haber intervenido en la redacción de la proposición de ley de amnistía 122/000019 presentada por el Grupo Socialista el pasado mes de noviembre y tumbada con el voto en contra de Junts per Catalunya. Es el único proyecto de ley del que uno tiene noticia que incluye en su texto una resolución favorable del Tribunal Constitucional. Ocho veces, ocho, se refiere el texto a la constitucionalidad del proyecto, lo nunca visto, vamos. Eso es vacunar eficazmente las leyes contra toda eventualidad.

A José Luis Ábalos le quedan pocas, pero él no va a ser un cortafuegos. Después vendrá ese especialista que Sánchez tiene para el mundo del delito, Santos Cerdán y después, el propio Sánchez. En las redes ya se le están empezando a buscar paralelismos con Puigdemont y con Bettino Craxi, dos precedentes en fuga.