Los tres ‘Sabinos’ del Aberri Eguna

EL CONFIDENCIAL 21/04/14
ANTONIO CASADO

Con motivo del Aberri Eguna, el lehendakari, Iñigo Urkullu, declaró este domingo que los tiempos de la “España una, grande y libre” (inequívoca alusión al franquismo) han quedado atrás. Y es verdad. Pero si echamos un vistazo a las herencias recibidas descubriremos que, en materia de ideas o pensamientos gloriosamente fenecidos en la polvareda de la historia, por obsoletos, por anticuados, aunque no hasta el punto de ruborizar a sus propios continuadores, toparemos inevitablemente con el nacionalismo vasco.

Vean este texto del profesor José Luis de la Granja, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco: “El antropólogo Juan Aranzadi ha definido al nacionalismo vasco como un movimiento mesiánico o profético, en el cual Sabino Arana desempeña el papel de mesías o redentor del pueblo vasco, enviado por la Providencia para librar a éste de su estado de postración, en trance de perecer, y salvarle no solo nacionalmente, sino también cristianamente. En este sentido, no es casual que el Día de la Patria Vasca (Aberri Eguna) se celebre siempre el domingo de Resurrección desde 1932”.

«Al negar la vieja “España, una grande y libre”, está negando Urkullu la fase “españolista” de Sabino Arana, cuando ya no habla de independencia»

El PNV lo celebró este domingo en Bilbao, “este Bilbao de nuestros pecados, donde está el foco del que irradian todas las pestes que matan a Bizkaya”, según escribió el fundador, Sabino Arana, para quien todas esas calamidades eran efecto de la industrialización y la invasión de maketos (inmigrantes de otras tierras de España), grandes portadores de “la impiedad, la inmoralidad, la blasfemia, el crimen, el librepensamiento, la incredulidad, el socialismo y el anarquismo”.

Los herederos de tan preclara doctrina, y sobre todo, tan actual, tan válida para la Europa de la prima de riesgo, los matrimonios gais y las redes sociales a golpe de teléfono móvil, son el presidente del PNV, Andoni Ortúzar, y el lehendakari, Iñigo Urkullu. Los dos tomaron la palabra ante los asistentes al tradicional picnic del nacionalismo vasco. Reclamaron de Madrid (Madrid es el presidente del Gobierno, Rajoy, y el líder del principal grupo de la oposición, Rubalcaba, según el discurso nacionalista del domingo) que desenjaulen la Constitución y se pongan a buscar “un nuevo modelo de Estado” que propicie la convivencia de “realidades nacionales” como son Euskadi y Cataluña. Ambos invocaron el arropamiento de Europa, con la esperanza de que Bruselas se implique en la búsqueda de una solución al problema de las “naciones sin Estado”. Y, en fin, ambos coincidieron en que lo mejor es ignorar el nuevo comunicado de ETA, si bien Ortúzar fue algo más explicito: “ETA ha sido el peor enemigo de la patria vasca”.

Y ahora traten ustedes de atar por el rabo todas estas moscas. La organización terrorista, ETA, creada por los cachorros del PNV en el verano de 1959, ha sido el fruto más visible o más ruidoso, del nacionalismo vasco, con sus ochocientos asesinatos en nombre de la patria vasca. Ahí aparece el alma radical de la doctrina creada por Sabino Arana. Además, Urkullu y Ortúzar hablaron de manos tendidas, normalización de la convivencia, diálogo en libertad, respeto mutuo, etc. Y ahí puede reconocerse la versión más moderada del PNV, que también se corresponde con otra época del fundador. Sin embargo, al negar la vieja “España, una grande y libre”, está negando Urkullu la fase “españolista” de Sabino Arana, -digo yo que la última siempre es la de mayor madurez-, cuando ya no habla de independencia y reclama “una autonomía lo más radical posible dentro de la unidad del Estado español” (1902-1903).

¿Cuál de los tres Sabinos, cual de las tres almas del nacionalismo vasco, sería la que celebró ayer el Día de la Patria Vasca?