Pablo Sebastián-Vozxpópuli
- ¡Cuidado! porque Koldo ya ha empezado a cantar sobre la financiación de la campaña del Peugeot
Cinco meses ha pasado Santos Cerdán en la prisión (a título de preventiva) de Soto del Real hasta que, descubierta su trama criminal sobre el amaño de obras públicas por la UCO, el juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, lo dejó en libertad provisional al considerar, entonces, que no había riesgo de ‘destrucción de pruebas’ porque ya estaban en el juzgado.
De manera que tenemos a Cerdán en espera de un juicio en cuyo banquillo también se sentarán, entre otros, José Luis Ábalos y Koldo García. A los que ayer el mismo magistrado del Supremo mandó a la cárcel de Soto del Real a petición de la Fiscalía Anticorrupción por el sumario que, contra ellos, se instruye a propósito de la compra fraudulenta de miles de mascarillas en el Ministerio de Transportes y Fomento que dirigía el propio Ábalos, y en cuyas andanzas delictivas contaba con la ‘asesoría’ de Koldo García. Motivos por los que la fiscalía pide 24 años de cárcel para Ábalos y 19 para Koldo.
Años a los que estos dos pájaros de cuenta deberán sumar las muy duras y probables condenas que les caigan en el juicio de las obras públicas y las chistorras de Cerdán. Lo que les anuncia un duro horizonte penal de más de 30 años de prisión que solo pueden reducir si ‘cantan’ lo que saben de la corrupción del ‘sanchismo’ y de esa manera consiguen una ‘sentencia de conformidad’ con la fiscalía, como lo hizo Víctor Aldama cuando lo pilló la UCO con las manos en la masa.
De manera que ya están en Soto del Real los tres viajeros del Peugeot que acompañaron a Sánchez en su gira de 2017 para conseguir apoyos en las primarias del PSOE -que bien merecen una investigación por lo que se va sabiendo- en las que Sánchez recuperó la secretaría general de su Partido.
Llanto por dos bandidos
Ábalos, Cerdán y Koldo eran entonces los íntimos y la ‘guardia pretoriana’ -Koldo dormía con los avales de la candidatura de Pedro- de Sánchez y, a partir de ahí, Ábalos (tribuno de la censura contra Rajoy) su mano derecha en el Gobierno y en el PSOE. ¿Cabía esperar alguna lágrima de Sánchez por la entrada en prisión de estos bandidos que lo auparon en el PSOE? Desde luego que no. Más bien y al contrario, este Pedro es capaz de negarlos tres veces, de decir que apenas los conoce y añadir eso -que también podría decir de Begoña– de ‘el que la hace la paga’, para lavarse las manos.
Pero ¡cuidado! porque Koldo ya ha empezado a cantar sobre la financiación de la campaña del Peugeot con 100.000 euros de las saunas de Sabiniano de por medio. Y Ábalos, sin que nadie le pregunte, ya ha dicho que según los datos que tuvo en su día Sánchez se reunió con Otegui en un caserío vasco poco antes de la moción de censura contra Mariano Rajoy. Y aún falta por saber lo que de verdad ocurrió en el rescate de Air Europa y la visita de la venezolana Delcy Rodríguez a Madrid.
Sin los PGE y sin fiscal general
Y todo esto ocurre mientras que, en un día muy completo, y con la abstención de Podemos y los votos en contra de Junts (además de los de toda la derecha) el Congreso de los Diputados ha rechazado ‘la senda de déficit’ del Gobierno. Lo que impide la aprobación de los Presupuestos de 2026 (como ya ocurrió con los de 2024 y 2025). Lo que constituye, aunque era esperada, una mala noticia para el presidente que coincide con el ingreso en prisión de Ábalos y Koldo.
Y cuando hace pocos días la Sala Penal del Tribunal Supremo condenó por el delito de ‘revelación de secretos’ al que, hasta hace pocos días, era el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quien ha tenido que dimitir. Y a la espera estamos de nuevas revelaciones de Víctor Aldama sobre el ministro Ángel Víctor Torres, y nuevas citaciones, a Antonio Hernando y Santos Cerdán, en la causa abierta contra la ‘fontanera de las cloacas Leire Díez. Y de la petición al PSOE, desde la Audiencia Nacional, de información sobre pagos en billetes a sus dirigentes.
Vox atrae el ‘voto útil’ de la derecha
En este país pasan muchas cosas y muy graves, y pocas buenas, pero al final nunca ocurre nada ni se depuran responsabilidades políticas. Como tampoco se convocan elecciones generales como debiera ocurrir. Lo que, sin duda, está en el origen de esta olla a presión de la política española en la que últimas encuestas anuncian un subidón de Vox en España hasta casi el 20 % de intención de voto lo que daña al PP, aunque garantiza una futura alianza de gobierno de coalición. Y en línea con lo que está ocurriendo en Cataluña con la extremista Alianza Catalana de Silvia Orriols, a la que un sondeo de la Generalitat sitúa en un tercer puesto, empatada con Junts, el partido de Puigdemont.
Suben pues las posiciones más extremas en tiempos de tribulaciones en los que Rajoy le dice a un Feijóo un tanto desvaído, que los extremismos no se deben combatir con más extremismos sino con moderación. Por ejemplo, Isabel Díaz Ayuso ha asegurado que Sánchez ‘la quiere acuchillar’, todo un disparate más con el que la presidenta madrileña abandona aquella ironía tan exitosa del ‘me gusta la fruta’.
Lo que está ocurriendo en la derecha es que el discurso del ‘voto útil’ en el campo conservador se lo está llevando Abascal entre jóvenes y mayores en la certeza de todos ellos de que si el líder de Vox llega al Gobierno esa será la absoluta garantía para revertir los destrozos institucionales del sanchismo. Mientras Feijóo, a veces desaparecido o eclipsado por Ayuso, más que en la ‘moderación’ se está quedando en la incomparecencia.
De manera que Sánchez, que disimula recibiendo al presidente alemán y con la subida salarial a los funcionarios, tiene su mirada y sus temores puestos en la cárcel de Soto del Real. Mientras en el flanco conservador, Abascal sube con fuerza en menoscabo de Feijóo. Y todos a la espera casi eterna de una convocatoria electoral que todavía no se ve en el horizonte. Aunque Koldo ya va presumiendo por ahí que a Sánchez él se lo puede cargar.