Branko Brkic / Maria Ressa-El Correo

  • En estos tiempos de ruido, los medios de comunicación seguiremos cumpliendo con nuestro deber en defensa de la verdad

Redactor jefe del ‘Daily Maverick’ y Premio Nobel de la Paz / Directora general de rappler.com (Filipinas)

Querido/a lector/a, ciudadano/a, ser humano: 2024 está retando a nuestras sociedades modernas en formas que esperábamos que nunca se repitieran. Regímenes autocráticos y aspirantes a dictadores de todo el mundo han desafiado a las libertades más allá de fronteras, razas y religiones. Los conflictos modernos se extienden por todo el planeta y se libran en una extensión de la información abrumadora por su alcance y poder. Las nuevas tecnologías y las plataformas que lo permiten son campos de batalla en los que se decide nuestro futuro, a menudo sin nuestro permiso y contra nuestra voluntad.

En esta vorágine, son el periodismo y los medios de comunicación creíbles que se basan en hechos y pruebas los que tienen el deber permanente de defender los valores sobre los que se construyó nuestra civilización. En todo el mundo, somos los periodistas quienes tenemos la responsabilidad de honrar este vínculo sagrado con nuestras audiencias y comunidades. A cambio, sentimos la alegría de la verdad compartida, con ustedes.

Estos momentos especiales -cuando las noticias salvan vidas, mejoran el entendimiento entre las personas y nos guían en tiempos difíciles- se pierden a menudo en la avalancha de desinformación que destruye la confianza, el cimiento de nuestra capacidad para vivir juntos. Incluso el significado mismo de la verdad está siendo atacado. El periodismo de todo el mundo lucha por mantener su prestigio y relevancia en nuestras propias comunidades; para un número alarmante de nuestros medios informativos la existencia diaria equivale a una lucha por la mera supervivencia.

Vivimos tiempos extraordinarios, preocupantes para todos los que se preocupan por la gente, la civilización y la democracia que lo han hecho todo posible. Y, sin embargo, estos días turbulentos son también emocionantes y brillantes al mismo tiempo. Nosotros, los medios de comunicación del mundo, en momentos en que los sistemas se desmoronan y las verdades fundamentales se ven sometidas a presión, debemos demostrar que estamos hechos de una materia más dura; la materia que puede resistir campañas de desinformación, ataques sostenidos y una avalancha de falsedades.

El periodismo creíble, basado en hechos y pruebas, debe defender los valores de nuestra civilización

Nuestros modelos de negocio se han desmoronado bajo la presión de las grandes tecnológicas. La propia verdad se relativiza a diario; lo que antes era un entendimiento común de la realidad material hoy se ve a menudo suplantado por una interpretación que no tiene en cuenta los hechos. En muchos casos, la propia forma de la palabra ‘verdad’ conlleva el significado de mentira. No se trata de ataques aleatorios o accidentales. Todos ellos forman parte de la cruzada contra nuestro sistema de valores, nuestra comprensión básica de lo que es bueno y malo. Sin nuestro sistema de valores, si no podemos distinguir el bien del mal, tampoco tenemos civilización.

El 28 de septiembre, Día Mundial de la Prensa, las organizaciones de medios de comunicación de todo el mundo nos unimos para reafirmar nuestro compromiso inquebrantable con las noticias, los hechos, la responsabilidad, el servicio público, la humanidad, el escrutinio, la independencia, la ética y la comunidad. Estas palabras tienen un profundo significado. Nos importan.

Solo nos queda una opción: nosotros, los medios de comunicación, seguiremos cumpliendo con nuestro sagrado deber. Las noticias que publiquemos seguirán basándose en hechos. Defenderemos la verdad. Y queremos asegurarle, además, querido lector, que tenemos toda la intención de que siga siendo así. No nos cansaremos ni nos rendiremos. La batalla por la verdad es la batalla por nuestro futuro común. Y a nuestros colegas de todas partes en este turbulento momento histórico: no desesperéis, no estáis solos, nuestra misión nos une a todos.

El ruido y la violencia acabarán amainando, y el discurso basado en la verdad y la decencia volverá. Puede que no ocurra pronto, pero acabará ocurriendo. Por ahora, luchamos. Cada momento de cada hora de cada día. Este Día Mundial de la Noticia 2024 asegurémonos, en primer lugar, de que nunca olvidemos por qué estamos aquí y ayudemos a que la alegría de compartir la verdad con nuestros lectores siga siendo nuestro verdadero norte.