EL CORREO 19/02/13
· El grupo internacional que supervisa el final de ETA inició ayer una ronda que, además de a Iñigo Urkullu, incluyó al PNV, el PSE y la dirección de la futura Sortu.
La Comisión Internacional de Verificación (CIV), constituida en 2011 para evaluar el final de ETA, abrió ayer en Euskadi una nueva ronda de contactos oficiales con partidos, sindicatos y «agentes sociales». El grupo, liderado por el profesor y exasesor del Gobierno de Sri Lanka Ram Manikkalingam, se reunió ayer mismo de forma «discreta» con el lehendakari, Iñigo Urkullu, en lo que constituye el primer encuentro de este grupo con un presidente del Gobierno vasco, toda vez que el anterior, Patxi López, delegó sus contactos con ellos en el entonces consejero de Interior, Rodolfo Ares.
La visita de los verificadores se produce cuando se han intensificado las especulaciones sobre la posibilidad de que la banda realice un gesto que sirva para ratificar el cese definitivo de la violencia, decretado el 20 de octubre de 2011. En círculos políticos no se descarta que la organización terrorista escenifique en próximas fechas algún tipo de compromiso sobre su desarme, con el congreso fundacional de Sortu del sábado que viene como telón de fondo.
La comisión que encabeza Manikkalingam, formada por seis integrantes, aprovechará su traslado al País Vasco para entrevistarse con los principales partidos y agentes, entre ellos sindicatos y empresarios, salvo el PP y UPyD. Ambas formaciones ya han rechazado la oportunidad de sumarse a las citas al considerar que los verificadores carecen de legitimidad para supervisar el cese de ETA. En su lugar, defienden que la «única verificación posible» es la que realizan las fuerzas de seguridad.
Ayer mismo el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, reiteró su negativa a reunirse con «el grupo de enredadores internacionales» porque, a su juicio, «no aportan nada y trabajan de parte». «Lo que hace falta es que los terroristas digan cuándo y dónde entregan las armas, y dónde se entregan ellos. Punto», advirtió Basagoiti, en línea con la estrategia de presión seguida por el Gobierno de Rajoy.
La posibilidad de que ETA realice algún movimiento sobre su desarme que profundice en su anunciado abandono de la violencia ha cobrado peso en Euskadi a raíz de la visita de los verificadores. El PNV ya ha augurado «noticias positivas» sobre esta cuestión, mientras que el PP vasco no descarta que se produzca de manera inminente «una entrega parcial de armas», forzada por la «firmeza» del Gobierno central.
EL CORREO 19/02/13