El informe recoge los datos hallados en los móviles de seis de los nueve procesados por la agresión. Actualmente tres de ellos continúan en prisión preventiva y se enfrentan a un posible delito de terrorismo.
La Guardia Civil analizó los teléfonos de Iñaki Abad, Julem Goicoechea, Jon Ander Cob, Oihan Arnanz, Ainara Urquijo y Edurne Martínez. Varios de ellos presentaban «borrados voluntarios de información» y algunos incluso desinstalaron las aplicaciones de mensajería, volviéndolas a instalar semanas después de los hechos. Además, utilizaron aplicaciones como Snapchat, que elimina automáticamente los mensajes una vez que son leídos por el destinatario.
A pesar de las dificultades para rastrear los mensajes se encontraron varios en los que los implicados alertaban del peligro de usar las aplicaciones de mensajería para comunicarse y en los que se dirigían palabras despectivas hacia los guardias.
El 7 de noviembre, en una conversación en la que interviene Iñaki Abad, uno de los participantes avisa de que «los guardias» están «en el Arkangoa», un bar de Alsasua, a lo que otro le responde «sí, hemos pasado nosotros y se nos han parado para intimidar los ijos de putaa [sic]». La Guardia Civil entiende que estos mensajes muestran el «rechazo» y «odio» hacia la simple «presencia de los agentes en un bar de la localidad».
El mismo día del suceso, el 15 de octubre, Iñaki Abad se puso en contacto con el alcalde de Alsasua, Javier Ollo, a quien le pidió hacer «acto de presencia», ya que «se han sobrado los guardias y forales con la porra». En otra conversación mantenida después de los hechos alertaba del peligro de hablar por Whatsapp y pedía no «comentar nada ni que se hable nada fuera de lugar en el grupo», ya que «la cosa está en Madrid y se está poniendo seria», refiriéndose a que el caso había pasado a manos de la Audiencia Nacional. En otra conversación, el hermano de uno de los implicados pide que «no rule nada por el propio bien».
El 12 de noviembre, Jon Ander Cob mantuvo una conversación con su madre sobre una reunión que iba a tener lugar junto a Julem Goicoechea y otros implicados en la que supuestamente prepararían «una versión creíble y exculpatoria» en previsión de que fueran detenidos, según considera la Guardia Civil. En el texto Cob le pedía a su madre que «mida bien las palabras».
Los hechos a los que hace referencia el informe de la Guardia Civil se produjeron el 15 de octubre de 2016, cuando un grupo de personas agredió a dos guardias civiles que se encontraban fuera de servicio en un bar de Alsasua junto a sus parejas.
El caso llegó a la Audiencia Nacional después de que la Fiscalía reconociera la denuncia presentada por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco. Carmen Lamela, juez instructora del caso, consideró que la agresión fue «brutal» y podría constituir un delito de terrorismo por producirse en el marco del movimiento Alde Hemendik, contra la presencia de las Fuerzas de Seguridad en Navarra y País Vasco.
El 1 de febrero, Lamela dio por concluido el sumario y remitió el caso a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, poniendo a su disposición a los tres presuntos agresores que están en prisión y que se enfrentan a un delito de terrorismo: Oihan Arnanz, Jokin Unamuno y Adur Ramírez . El resto están en libertad pero deben presentarse dos días a la semana en el juzgado.
LOS MENSAJES ENVIADOS POR LOS ACUSADOS
«Nos han intimidado los hijos de puta». En un ‘whatsapp’ enviado días después de los hechos, uno de los participantes alertaba de la presencia de los agentes en un bar de Alsasua y otro le explicaba que habían pasado por el lugar y los agentes «se han parado para intimidar», calificándolos de «hijos de puta».
«Que no rule nada por el propio bien». El hermano de uno de los implicados alertaba en otra conversación de Whatsapp del peligro de hablar sobre el caso a través de la aplicación de mensajería y pedía que no se comentara nada por seguridad.
«Se han pasado los guardias con la porra». El mismo día en el que se produjeron los hechos, varios implicados se pusieron en contacto con el alcalde y le pidieron que «haga acto de presencia», ya que «se han sobrado los agentes con las porras».