Natividad Rodríguez y Joseba Arregi presentan un libro sobre el proceso de disolución de los ‘polimilis’. La presidenta de la Fundación Fernando Buesa Blanco asegura que «es posible abandonar la violencia y reinsertarse en la construcción democrática sin tener que pagar un precio político».
«Es posible abandonar la violencia y reinsertarse en la construcción democrática sin tener que pagar un precio político», afirmó ayer la presidenta de la Fundación Fernando Buesa Blanco, Natividad Rodríguez, en la presentación del libro Luces y Sombras de la disolución de ETA político-militar. En el acto, en el que también estuvo presente el presidente de la plataforma Aldaketa-Cambio por Euskadi, Joseba Arregi, la viuda de dirigente socialista asesinado reflexionó que «es mirando al pasado como se aprende y se extraen las soluciones para resolver la situación actual».
La presidenta de la Fundación Buesa Blanco hizo balance del proceso desarrollado hace 25 años que condujo a la disolución de ETA político militar destacando entre los aciertos que fue posible abandonar la violencia sin pagar un precio político, así como el papel fundamental de aquellos terroristas tildados como «traidores» que fueron capaces de «evolucionar y tener el valor de cruzar la raya de la secta para acercarse al otro lado».
En esa línea de aciertos, Rodríguez destacó también el «buen hacer político» de los dirigentes de Euskadiko Ezkerra, ya que «hicieron pública autocrítica de la violencia y lideraron a nivel interno una lucha clara y firme contra el terrorismo». Como errores de aquel proceso, la presidenta de la Fundación se mostró muy crítica con el trato que se les dio a las víctimas de ETA ya que, según Natividad Rodríguez, «hubo impunidad y no hubo justicia» aludiendo a las medidas aplicadas en 1982 que permitieron que muchos presos de ETA-pm salieran a la calle.
Arregi también aludió a las medidas de gracia aplicadas a los ‘polimilis’ afirmando que «el Estado fue capaz de sacar a los presos a la calle y que los exilados pudieran volver a sus casas, para sentar unas bases democráticas».
Describió el libro, que presenta los contenidos de los II Encuentros Fundación Fernando Buesa Blanco/Aldaketa que se celebraron el 28 de octubre de 2006 en San Sebastián, como una «herramienta» a través de la cual se ha incidido en los «agujeros negros» de la historia de Euskadi, que muchos han querido tapar, apelando a todos aquellos que «siempre recurren y hablan de la memoria histórica». Recordó que hace 25 años en Euskadi ya hubo una renuncia a la violencia por parte de ETA afirmando que «hubo terroristas que dejaron de lado las armas y asumieron la decisión de la sociedad vasca a favor de un plan estatutario». Arregi recordó que Euskadi «ya vivió una consulta» a través de la cual la sociedad aceptó el Estatuto de Gernika.
EL DIARIO VASCO, 31/10/2007