- En la ría de Bilbao el lugar en el que estuvieron fondeados en 1936 los buques «Cabo Quilates» y «Altuna Mendi» convertidos en barcos prisión en los que fueron torturadas y asesinadas por razones de pensamiento o creencia religiosa, 79 y 29 personas respectivamente los días 25 de septiembre y 2 de octubre
El pasado 31 de enero el Secretario de Estado de Memoria Democrática y el director de «Gogora» –Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del Gobierno Vasco-participaron en Guernica en la colocación de un panel informativo señalando como «Lugar de Memoria», el edificio que albergó un hospital militar de prisioneros de guerra entre 1938 y 1940. En esta instalación, hoy centro de educación secundaria, fallecieron 269 internos -el 80% por tuberculosis-, consecuencia fundamentalmente de la falta de medicamentos y la devastación posterior a la guerra. En su intervención el director de «Gogora» afirmó que se trataba de «un acto de dignificación de las víctimas». Cierto, nada que objetar. Guernica se ha convertido en símbolo del horror de la guerra civil y cuenta con nueve emplazamientos declarados «Lugar de Memoria Democrática», publicados en el BOE e inscritos en el correspondiente inventario, conforme a la Ley 20/2022 de «Memoria democrática».
La ley establece en su artículo 1.2 como objeto de la misma «el reconocimiento de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de pensamiento u opinión, de conciencia o creencia religiosa, de orientación e identidad sexual, durante el período comprendido entre el golpe de Estado de 18 de julio de 1936, la Guerra de España y la dictadura Franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978». Dada la sensibilidad del actual Gobierno, de acuerdo con este artículo, así como con el 49 y el 50 que definen y regulan la declaración de Lugares de Memoria, sugiero que se incoen los correspondientes expedientes para los siguientes lugares y emplazamientos.
En la ría de Bilbao el lugar en el que estuvieron fondeados en 1936 los buques «Cabo Quilates» y «Altuna Mendi» convertidos en barcos prisión en los que fueron torturadas y asesinadas por razones de pensamiento o creencia religiosa, 79 y 29 personas respectivamente los días 25 de septiembre y 2 de octubre. Los del día 25 como represalia de las fuerzas gubernamentales por un bombardeo de los sublevados sobre Bilbao que causó 4 muertos, los del 2 de octubre por el hundimiento de un destructor de la República.
Además de los anteriores lugares, la prisión provincial de Larrínaga, asaltada por milicianos el 4 de enero de 1937, siendo Lehendakari José Antonio Aguirre y Consejero de Gobernación Telesforo Monzón -ambos del PNV- tras un bombardeo que causó 5 muertos. En ella se encontraban recluidas, sin juicio alguno, centenares de personas por razones ideológicas, de pensamiento o de creencia religiosa –requisitos señalados en la ley 20/2022 para tener derecho a la Memoria-, siendo asesinados en su asalto 55 de ellas. A continuación, la misma turba se dirigió al Convento de El Carmelo, habilitado como prisión, asesinando a otras 7 personas. La orgía de sangre siguió en el Convento de los Ángeles Custodios, asaltado en esta ocasión por milicianos del batallón Asturias número 7 de la UGT, asesinando a 109 presos y finalizó en la Casa Galera, hoy escuela municipal de música, acabando estos mismos milicianos con la vida de otros 53 inocentes. En total entre los barcos prisión, la prisión de Larrínaga y los otros tres lugares habilitados a tal fin, fueron asesinados, sin que las autoridades de la República ni del Gobierno Vasco lo impidieran, 332 inocentes.
En mi opinión, los 269 presos fallecidos en el hospital militar de Guernica por enfermedad, no son de mejor condición que los asesinados impunemente en Bilbao los días señalados. Mientras en Guernica se honra a los fallecidos, no existe en la actualidad placa o panel alguno que recuerde en Bilbao los hechos relatados en los lugares en que sucedieron, por tanto, debieran ser reconocidos como «Lugares de Memoria». El artículo 50 de la ley dice que la Dirección General competente puede incoar de oficio la declaración de «lugar de Memoria», pudiendo instarla también en este caso, el Instituto «Gogora» del Gobierno Vasco. Sería un acto de justicia que, casi 90 años después y dado su afán por la Memoria, los que se reclaman herederos de aquellas instituciones que con su inacción toleraron estas atrocidades, recordaran también a estos 332 inocentes vilmente asesinados.
- Carlos de Urquijo fue delegado del Gobierno en el País Vasco