EL CORREO 08/11/13
· Recuerda en el vigésimo aniversario del asesinato del juez Lidón que el «nuevo tiempo» sin ETA no deja «de ser difícil» para quienes padecieron «la barbarie terrorista».
El duodécimo aniversario del asesinato a tiros por parte de ETA del magistrado José María Lidón sirvió ayer para recordar que las víctimas del terrorismo todavía no han conseguido «plena justicia». El presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Arrieta, no sólo lamentó que los autores del crimen no hayan sido juzgados, sino que advirtió en Bilbao de que «el nuevo tiempo» abierto tras el abandono de la violencia por la banda armada todavía no deja «de ser difícil» para quienes padecieron «la barbarie terrorista». Aún «quedan muchas responsabilidades que dirimirse en los tribunales de justicia», según señaló ante la viuda de Lidón, Marisa Galarraga, y sus dos hijos, Jordi e Iñigo.
Ellos presidieron el acto de homenaje y la ofrenda floral que se desarrolló en el Palacio de Justicia de la capital vizcaína en recuerdo del jurista y profesor universitario acribillado por ETA en presencia de su esposa en Getxo cuando abandonaba su hogar el 7 de noviembre de 2001. La ceremonia contó con la presencia del consejero de Justicia y Administración Pública, Josu Erkoreka –que fue alumno de Lidón–; el diputado General de Bizkaia, José Luis Bilbao; y el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, aún convaleciente de su enfermedad, y que hizo un esfuerzo para acercarse al homenaje. Asimismo estuvieron presentes numerosos miembros de la judicatura, como el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro; o la vocal del CGPJ, Margarita Uria.
Ibarra parafraseó al poeta y periodista argentino Juan Gelman, que cuando recogió el Premio Cervantes afirmó que «las heridas aún no están cerradas, laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego, y su único tratamiento es la verdad y luego la justicia» en referencia a la dictadura de su país.
Por ello, según el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, «queda mucho camino para que lleguemos a un autoentendimiento social sincero y éticamente honesto, un autoentendimiento en la confrontación con el pasado inmediato en una sociedad, como la nuestra, marcada por la historia de la violencia terrorista. Una sociedad y unos ciudadanos que necesitamos mantener actualizado un compromiso de verdad y de justicia entre quienes hemos sobrevivido y quienes fueron víctimas de la barbarie».
«Sobrevivir desde la ética»
Ibarra llamó a tener en la memoria la figura de Lidón y garantizó a su familia que los jueces diariamente siguen haciendo «todo lo que está en nuestras manos» para que su recuerdo siga vivo, ya que «mantener la memoria de José María es mantener también la denuncia de la injusticia de su asesinato», señaló. Porque, como indicó, «relegarlo al olvido sería tanto como permitir que la injusticia de su muerte viniera a menos. Lo que no vamos a consentir, ni aún en estos nuevos tiempos en los que se mezclan la esperanza por el fin del terrorismo con la cautela y prudencia que exigen el dolor sufrido durante tanto tiempo». «Nunca como ahora se ha hecho necesario reivindicar el papel de las víctimas del terrorismo», añadió.
Consideró fundamental la memoria y subrayó que los magistrados y las víctimas coinciden en su negativa a «destituir al pasado» y a «transigir con quienes nos ofrecen un diploma en la universidad del olvido». «Podemos y necesitamos sobrevivir desde el compromiso con el valor ético de la memoria de la verdad», señaló Ibarra ante los presentes. En su opinión, para avanzar es necesario «reconocer que lo conseguido por los demócratas desde la presión por el olvido no es todavía la memoria de la verdad».
EL CORREO 08/11/13