Pablo Casado ejercía de estrella invitada en El Mundo este fin de semana con una entrevista que le hacía Juanma Lamet. Sostenella y no enmendalla se llama la figura. Después de su lamentable carga contra Abascal en la moción de censura de Vox, -pisar la sangre de las víctimas le reprochó al partido de Ortega Lara-. Bueno, pues este fin de semana estaba recrecido el hombre con el triunfo de Ayuso en Madrid. No se sabe bien por qué; las encuestas no le dan, aún suponiendo el apoyo de Vox a su investidura. Tendría que contar con los votos del PNV. No digo más. Pero él sí: “Al PP no le va a echar un pulso un partido como Vox, que no gobierna nada. Y ya está”.
No es el único que yerra. El antiguo economista de Ciudadanos, Toni Roldán, sentenciaba erradamente: “Rivera cometió el mayor error político desde la transición al tumbar la posibilidad de un Gobierno entre Ciudadanos y el PSOE”. Pero hombre de Dios, a quién se le ocurre. Hay gente que aparenta creer a estas alturas que Pedro Sánchez pactó con toda la escoria nacional por el rechazo de Albert Rivera. Que no, hombre, que no, que eso era lo que él quería. Otra cosa es que Rivera quizá debió ofrecerle negociar, para que el doctor se negara: no es no, pero en todo caso sería un error táctico.
Louella Parsons apuntaba en Twitter: “Pablo Iglesias nos alertaba de la llegada del fascismo a Madrid y cuando llega, él se va a su casa. Un valiente”. Fuera aparte, en mi blog, traía a una menguada (y sorprendida) Rosa Villacastín: “Madre mía cómo está el patio. Pero quién se acuerda de Leguina y de Redondo?”
Olegaria Marín que se define como: podemita orgullosa, Sanidad pública, Atea, republicana, no binaria, bisexual, antitaurina, feminista, abolicionista, abostr¡¡rtista, antiespecista, antifascista, está deprimida. Cuenta que es la primera vez que entra en Twitter desde las elecciones, no me puexo creer lo que ha pasado en Madrid, es como si gobernara Franco: Vamos a morir todos arruinados y sin sanidad, contando con que no haya fusilamientos. Nos hemos confiado y no hemos actuado. Luego añadía un buen deseo: “Espero que a todas las fachas que habéis votado fascismo, Vox o PP no se os ocurra salir a la calle y estéis todo el día en vuestra puta casa limpiando, cocinando y obedeciendo las órdenes de vuestros maridos franquistas, ya que es lo que habéis elegido. Dais asco”.
El gran Xavier Pericay intervenía sobre lo de Leguina y Nicolás Redondo: “Dice Joaquín Leguina en ELMundo que “Iván Redondo se podría dedicar a vender lavadoras”. Ya ven, tanto hablar de la foto de Colón y al final resultará que el hombre de Colón es Iván Redondo”.
Parmenio dijo: Con seis millones de parados reales Sánchez dice estar decidido a poner fin a las deficiencias estructurales. Su apuesta: un mercado de trabajo dinámico, resiliente e inclusivo.
Típica sanchada, el presidente va a solucionar un problema serio a base de adjetivos. Y este es el doctor en economía.
Ovillejo de Gulliver para un alcalde que llama a la egabrense:
¿Qué hago despues de llamar?
¡hablar!
¿Con quién hablo?¿me lo dice?
¡con la Vice!
¿Cómo está ahora?, -tú indagas-
¡en bragas!
Como Alcalde mucho tragas,
la vida da duras tortas,
hay cargas que son aciagas,
mas algo tú no soportas:
Hablar con la Vice en bragas
Moha Gerehou es negro y escritor. Nació en Huesca, hijo de inmigrantes gambianos, ha publoicado un libro, titulado ‘¿Qué hace un negro como tú en un sitio como éste?’ que es una paráfrasis obvia de ‘¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?’, una película de Fernando Colomo del año de la Constitución, pero no es ese el asunto. El tema es que se queja el hombre de los sambenitos, concretamente de que el ‘estereotipo sexual de los negros tienen el pene grande nos deshumaniza’.
Nuestra insuperable Carmen Calvo inauguraba la semana ayer con una de las suyas, que llevaba a Twitter Rimbaud: “El Gobierno no ha tenido nunca las competencias de Sanidad durante la pandemia”. Yo con esta señora no sé dónde arranca la mentira y hasta dónde es solo ignorancia.
El PSOE quiere registrar una iniciativa para que la Cámara Baja pase a llamarse ‘Congreso de los Diputados y Diputadas’. Adriana Lastra, esa intelectual alternativa, ha dicho muy ufana: “Así nos sentimos más representadas”. Cristina Pardo le puso a Leguina un video en el que la tanqueta asturiana decía que ya había pasado el tiempo de la vieja guardia; ahora nos toca a nosotros”. Joaquín Leguina cortó a la presentadora: “Me parece un planteamiento bastante ridículo porque no se trata de cuestiones de edad. La pregunta que yo le haría a esta señora sería, ¿y usted qué ha estudiado y dónde ha trabajado? Porque toda la vieja guardia hemos estudiado y hemos trabajado, las dos cosas o una de ellas”. DE Joaquín Leguina era una expresión contundente que yo le he oído más de una vez y desde hace años: “Entre todos los dirigentes de mi partido no suman seis meses de cotización a la Seguridad Social”.
Arnaldo Otegi sobre la libertad en Madrid: “Ojo, aquí la gente dio la vida para que hubiera partidos y sindicatos, no para que hubiera terrazas. Ya había terrazas y se podían beber cervezas con Franco. La libertad es otra cosa. La libertad y la igualdad, que forman parte de la misma ecuación, es tener garantizada la educación, , la sanidad, los cuidados, el medioambiente… eso es la libertad”. La libertad era entrar en la cafetería Rolando el 13 de septiembre de 1974 y que una bomba de los terroristas amigos de Otegi no matara a 13 clientes. La libertad era que José Luis López de la Calle fuera a comprar los periódicos un domingo y unos cómplices de Otegi lo mataran a tiros. El mismo Otegi que comprendió el asesinato: “ETA lo que me imagino pretende es, en primer lugar, poner encima de la mesa el papel de determinados medios de comunicación. Poner encima de la mesa el papel de determinados profesionales de los medios de comunicación que, a juicio de ETA en todo caso, están planteando una estrategia informativa de manipulación y de guerra en el conflicto entre Euskal Herria y el Estado”. Este terrorista es cómplice del presidente del Gobierno, dos miserables en una misma causa.
Iceta, otro que tal, se ponía jacarandoso con motivo de la transferencia de prisiones a la Comunidad Autónoma Vasca: “Salda una deuda”. La deuda la siguen teniendo los asesinos de ETA y sus cómplices políticos con las 850 víctimas de la banda, sus familiares y la democracia española.
El Gobierno español, es decir el Ministerio de Cultura, estuvo ausente en la capilla ardiente del poeta José Manuel Caballero Bonald, según cuentan los papeles. Ni el ministro ni alto cargo alguno de su Departamento estuvieron presentes durante la incineración de sus restos mortales, pese a que el poeta había ganado el máximo galardón de las letras españolas, el premio Cervantes, en 2012. Su única participación consistió en un tuit de condolencia, aunque con un inconveniente: lo ilustraron con una foto de Rafael Sánchez Ferlosio, otro poeta que, en opinión del presidente del Gobierno, nació y se crió en Soria.