EL MUNDO 05/12/13
Una de las obsesiones del nacionalismo catalán es la creación de una estructura en el extranjero para defender los intereses de la Generalitat sin pasar por el filtro del Gobierno español. Desde que Artur Mas puso en marcha el llamado proceso soberanista, los esfuerzos en ese sentido se han multiplicado, y ayer el Parlament admitió a trámite la ley de acción exterior de Cataluña, que, en palabras del consejero de Presidencia, Francesc Homs, debe servir para «construir un verdadero servicio exterior catalán».
El proyecto salió adelante después de que no prosperasen las enmiendas a la totalidad de PP y Ciutadans, que no escatimaron en críticas al texto. CiU, ERC, PSC, ICV y CUP avalaron la nueva ley.
En palabras de Homs, que también es portavoz del Govern, el proyecto debe servir para «ordenar y dar coherencia» a los organismos que la Generalitat que ya trabajan en el extranjero, como por ejemplo las cinco embajadas que mantiene abiertas.
«Nos jugamos el ser o no ser», advirtió Homs, que está convencido de que la diplomacia española tratará de perjudicar en lo posible la libertad de acción catalana.
La nueva ley, destacó el conseller, prevé que la Generalitat pueda enviar personal a los organismos internacionales, y también establece que el Govern apruebe cada cuatro años un plan estratégico y cree una comisión interdepartamental de acción exterior. El proyecto reclama al Estado que la Generalitat participe en la negociación de tratados y convenios que sean de su interés o competencia, y define las relaciones bilaterales con otros gobiernos y la colaboración con organismos internacionales, informa Europa Press.
El diputado del PP Juan Milián ironizó sobre la conveniencia de esta ley en la «semana negra» del independentismo en el extranjero, en referencia a las advertencias de la UE y la OTAN de que una eventual Cataluña independiente se quedaría fuera de esas organizaciones. Ciutadans censuró por su parte los últimos viajes de Mas por el mundo, y lo acusó de «hacer el ridículo».
La papeleta más difícil era la del PSC, y los socialistas eligieron a un peso pesado como Miquel Iceta para explicar su veto a las enmiendas. El diputado replicó a PP y Ciutadans que la ley se adecua perfectamente al «marco estatutario», y advirtió de que su grupo pedirála creación del Consejo de la Acción Exterior, que debe coordinar a todos los actores catalanes con proyección exterior, como las organizaciones no gubernamentales.