FERNANDO VALLESPÍN-EL PAÍS
- La mayor incógnita es cómo se apañará el presidente de Francia para gobernar con cualquiera de las dos opciones
Algún día sabremos cuáles fueron las razones concretas por las que el presidente francés adelantó estas elecciones legislativas. Para cualquier observador es muy probable que fuera por una mezcla de orgullo, del que está sobrado, y tacticismo. Por los primeros datos que tenemos del resultado, lo único cierto es que han introducido a Francia en una situación próxima al bloqueo político. Sin posibilidad, además, para que pueda resolverse a lo largo de un interminable año hasta que legalmente puedan volver a convocarse nuevas elecciones. Por el camino, y esto se verá ya más claramente en la segunda vuelta, habrá conseguido que su país se desgarre por una peligrosa polarización entre extrema derecha e izquierda. Las elecciones a dos vueltas tienen la ventaja de que facilitan el acceso a gobiernos mayoritarios, pero su otro efecto es que dividen el país en dos, algo que hasta ahora se había evitado por la solidez del propio partido de Macron. Si ni siquiera se consigue lo primero, como es más que probable, habrá hecho un pan como unas tortas.
Ahora bien, el 10 % que los sondeos auguran a la derecha de Los Republicanos puede ser el factor decisivo para el enfrentamiento de segunda vuelta del próximo domingo. ¿Cuál será su segunda opción, se inclinarán hacia la peligrosa Alianza Nacional (RN) de Le Pen o sumará a los candidatos del Ensemble macronista? Es difícil aventurarlo, porque depende mucho de cuáles sean las opciones dentro de cada uno de los distritos. El problema para el presidente es que en muchos de ellos, los no triangulares (donde pasan tres), la elección de la segunda vuelta se presentará entre candidatos de los dos bloques más votados en la primera de ellas, el RN o el Nuevo Frente Popular de izquierdas (NFP). El resultado más probable es que en ese caso se inclinen por el de la extrema derecha, cuya gran victoria ha consistido precisamente en que el anterior cordón sanitario ya no rige para una gran parte de la población que antes abominaba de aquella. La elección final dependerá de la fuerza relativa de quienes lo siguen manteniendo. Si éste se ha desvanecido del todo puede acabar incluso en una victoria del RN. Y mucho dependerá también de las instrucciones que den los diferentes partidos ante la segunda vuelta, sobre todo en los distritos triangulares, que han crecido con el aumento espectacular de la participación. La izquierda lo tiene claro, no así el resto.
Desde detrás del relativo velo de la ignorancia que supone el acceso a una información todavía provisional, mi hipótesis primera sería, por tanto, la del bloqueo, aunque no puede excluirse, como digo, la de la victoria del RN. Con todo, la mayor incógnita es cómo se apañará Macron para gobernar con cualquiera de las dos opciones. O, y esto ya da más morbo, ¿estaba este resultado entre sus planes? Si es así, ¿planea alguna estrategia audaz que aún no podemos prever? Dado su carácter jupiterino, me extrañaría mucho que no trate de hacer de esta derrota algo parecido a una victoria a más largo plazo. Pronto lo veremos.