EL CORREO, 12/7/11
El exlíder del partido hizo pública su baja horas antes de que la actual dirección iniciase las gestiones para su expulsión tras el escándalo de Álava
Javier Madrazo ha optado por marcharse de Ezker Batua-Berdeak escasas horas antes de que le echaran. El excoordinador general aseguró ayer desde tierras de Huelva, donde se encuentra de vacaciones con su familia, que en las próximas jornadas tramitará su baja de militancia en la coalición integrada en Izquierda Unida.
Lo hizo a través de su blog en la misma jornada que acogió la reunión de comité político de la formación vasca convocada para debatir el escándalo propiciado por la petición de dinero y puestos de trabajo al PNV a cambio de los votos que permitieran a los jeltzales liderar de nuevo la Diputación de Álava. En la cita estaba también previsto abrir a su antiguo líder un expediente sancionador que, indefectiblemente, acabaría en su expulsión, según explicaron fuentes cercanas al equipo que dirige el actual coordinador general, Mikel Arana.
Sin embargo, la batalla por el control del partido ha aflorado en la despedida de Madrazo. Un grupo formado por 9 de los 18 miembros de la Presidencia de EB acusó a Mikel Arana de «carecer de legitimidad» por no haberles convocado a la reunión de ayer. «Arana se sitúa fuera de la organización, ya que ha propuesto un lugar distinto a la sede de EB para celebrar el encuentro», denunciaron los críticos, en un nueva vuelta de tuerca del culebrón.
En su escrito de renuncia, Madrazo pasó por encima el caso alavés y se limitó a señalar que quienes quieren atribuirle responsabilidades en las negociaciones con el equipo de Xabier Agirre «no tienen ninguna razón para hacerlo». Ello y la infelicidad con que el escándalo ha impregnado su descanso son las únicas referencias al ‘affaire’ de la Diputación de Álava, dedicando el resto de su reflexión a certificar la rotura de la formación en la que milita desde 1986.
Una «sensación de tristeza» embarga al ex consejero de Vivienda y Asuntos Sociales en los dos últimos gobiernos de Juan José Ibarretxe en el momento del adiós definitivo a Ezker Batua-Berdeak, a pesar de que, según señala, se ha mantenido prácticamente desligado de los órganos gestores del partido desde que en 2009 los malos resultados en las elecciones autonómicas le llevaron a renunciar y ceder el cargo de coordinador general.
«Acepté entonces ser nombrado presidente, con tres condiciones: que fuera un puesto compatible con mi trabajo como profesor de instituto, que no llevara remuneración alguna y no implicara presencia pública», explica en su blog. No obstante, fuentes internas de EB aseguran que «pese a que se autodenominaba un militante de base» realmente ocupaba espacio de dirigente en las oficinas del partido.
Madrazo, que ha limitado su comparecencia tras el escándalo al escrito publicado ayer, relata asimismo que «coincidiendo con el inicio de la divisiones» también abandonó el cargo «para no ser un problema en la búsqueda de consensos y para no interferir en la vida interna de la organización». Dice que ya entonces pensó en formalizar su baja como militante. Pero no lo hizo, como tampoco su renuncia a la presidencia «quedó totalmente ratificada», según fuentes de la otra sensibilidad de Ezker Batua. De hecho, en la página web oficial de la coalición, Madrazo todavía figura como poseedor de ese cargo.
Javier Madrazo se va. Parece que esta vez de forma definitiva. Y lo hace «con dolor», «con pena» que le acompañará «largo tiempo» porque han sido muchos años de su vida, «muchas horas de trabajo, muchas satisfacciones y también muchos sinsabores». Pero, asimismo, haciendo un llamamiento a la responsabilidad «a la izquierda en su conjunto y a las personas que todavía confían en ella».
«No soy un superhombre»
Desmiente a su vez la imagen maquiavélica que incorporan a su personalidad sus opositores. «Desde hace dos años sólo soy un militante de base, sin funciones ni competencia, digan lo que digan. A quienes quieran atribuirme otras cosas, les invito a que dediquen ocho horas diarias a la enseñanza, dos más al estudio del euskera, pretendan conciliar la vida laboral y familiar, y además intenten manejar los hilos desde la sombra. Sería un superhombre, y no es mi caso», subraya.
Madrazo afirma que su viaje «ha tocado a su fin en EB». ¿Y él de la política? Queda la incógnita tras la última frase de su escrito: «Para mí habrá otros destinos».
Desde la actual dirección de Ezker Batua-Berdeak ven cómo la marcha de Madrazo «facilita las cosas» y quizás evite recurrir a un expediente de expulsión. El mismo caso sería el de su lugarteniente Serafín Llamas, que ya puso sus cargos a disposición del partido el pasado sábado. «Que le vaya bien, aunque se quiere escapar de rositas. Lo más fácil en tiempos complicados es marchase como si nada», manifiestan fuentes vizcaínas del partido.
Pero la coalición no quiere que la marcha de Madrazo evite depurar responsabilidades sobre lo que ocurrió en Álava. El análisis de las actuaciones y los expedientes siguen adelante, sin olvidar la reclamación de sus actas a Nerea Gálvez y Mertxe Etxezarreta, disidentes y ‘sordas’ a las directrices de Mikel Arana. Para analizarlo la comisión permanente de EB en la provincia se reúne mañana. Junto al de las junteras se examinará el papel de Kontxi Bilbao y Javier Lozano.
EL CORREO, 12/7/11