Isabel San Sebastián-ABC

  • La operación diseñada paraenterrar al PP ha dejado KO al PSOE y terminado deliquidar a Ciudadanos

Desde el asalto fallido a las fortalezas populares, cuyas puertas debían abrir traidores de Ciudadanos, el PSOE ha entrado en barrena. La operación diseñada para enterrar al PP se saldó con un estrepitoso fracaso en todos los territorios, dejó KO al brujo Iván Redondo, cuyo arsenal de munición táctica parece haberse agotado, y terminó de liquidar a los naranjas de Inés Arrimadas, que ya para entonces eran una formación vaciada de votantes y van camino de perder también a sus representantes electos, hasta diluirse en la nada. En resumen, fueron a por lana y volvieron trasquilados. Aunque el incondicional José Félix Tezanos, siempre presto a sesgar sus estudios con el fin de poner el CIS al servicio de La Moncloa, sigue otorgando una ventaja sustancial a su partido (subrayo el posesivo ‘su’ dada la militancia socialista del sujeto en cuestión, inconcebible en quien dirige el centro que pagamos todos y debería ser escrupulosamente imparcial), el declive del presidente Frankenstein es cada día más patente. Se percibe claramente en el ámbito internacional, con gestos tan elocuentes como el desprecio de Joe Biden, quien sigue sin devolverle las llamadas, o la nula influencia de nuestro Gobierno en el reparto de los fondos europeos, pero se manifestará en toda su crudeza cuando se abran las urnas de Madrid. Porque salvo imprevisto o tragedia de última hora (todos tenemos en mente lo sucedido en 2004), Isabel Díaz Ayuso arrollará a su rival en estas elecciones, que no es el pobre Ángel Gabilondo ni tampoco Pablo Iglesias, obligado a dejar la Vicepresidencia en un intento desesperado de impedir la desaparición de sus siglas, sino Pedro Sánchez.

Los comicios convocados el 4 de mayo en la comunidad que alberga a la capital de España van a permitir a los electores expresar su opinión sobre la gestión que ambos ejecutivos, el nacional y el autonómico, han hecho de la pandemia. Por vez primera desde que estalló esta pesadilla, vamos a conocer el veredicto de la ciudadanía sin distorsiones como las que introduce el factor separatista en Cataluña, País Vasco o Galicia. Madrid va a ser la voz de los españoles, su oportunidad para juzgar dos modos opuestos de enfrentarse a un enemigo atroz, de elegir entre libertad y emprendimiento o sumisión al poder a cambio de un subsidio mísero, de rechazar o validar ese trágala falsario que nos obliga a escoger entre salud y economía, como si una y otra no estuvieran indisolublemente ligadas. El desenlace del combate que enfrenta a Sánchez con Ayuso resultará determinante para el futuro de la nación. Todas las encuestas auguran que Madrid empezará a cavar la tumba política de Sánchez, aunque para lograrlo es imprescindible que nadie se quede en casa. Si el centro-derecha se confía en exceso, será su propio epitafio lo que rubricará ese escrutinio.