JUAN CARLOS VILORIA-El Correo

  • En la estrategia popular de alejarse de Vox y acercarse al PSOE, Ayuso estorba

Por qué Pablo Casado, Teodoro García Egea y Almeida se han enrocado en el pulso con Isabel Díaz Ayuso? ¿Por qué ninguna de las dos partes cede en sus pretensiones con la gran mayoría de afiliados y barones del PP advirtiendo de que esta imagen de división pasa factura en las urnas? Se han barajado varias tesis para explicar lo que se ha llamado suicidio político. La primera sostiene que el éxito electoral de Ayuso agudizó el fantasma de los celos políticos en Casado y este se ha propuesto cortar las alas de una posible competidora dentro de casa. La segunda explica el conflicto por razones de fontanería interna: el control de las listas electorales a los ayuntamientos de Madrid y a la Asamblea. Dos palancas de poder y la clave para que los elegidos juren fidelidad y lealtad a Génova o a la presidenta.

Una tercera tesis apunta el protagonismo tóxico de terceros en la sombra. En el caso de Ayuso, por la influencia de Miguel Ángel Rodríguez, un aznarista interesado en reducir todo lo posible el poder de la entente Casado-Egea. El objetivo final sería hacer saltar al secretario general, cuyo ascendiente sobre Casado impide que este asuma las consignas del ‘lobby’ liberal. En la otra orilla, en la de Génova, se señala a Ángel Carromero, reconvertido en cerebro gris del aparato del PP para el juego sucio y evitar que Ayuso se haga con el poder orgánico en la comunidad convirtiéndose en una especie de corriente dentro del PP. El temor a que esto rompa la «unidad» del Partido Popular es el discurso de los genovistas. Pero más allá de argumentos de orden interno o choque de egos están la política y la ideología.

Al final las elecciones del 4 de mayo en Madrid bendijeron con mayoría abrumadora un discurso que pivotaba sobre el lema ‘socialismo o libertad’. En la práctica, confrontación con el PSOE y apoyo por la derecha si no hay mayoría suficiente. Confrontación cultural y moral con los socialistas y libertad individual frente al intervencionismo público. Este pulso Génova-Casa de Correos trasciende los aspectos personales e incluso orgánicos. En el fondo Casado se ha acabado por inclinar por la vuelta al bipartidismo y la ruptura con Vox para reencontrase con el PSOE. Los acuerdos en torno al Poder Judicial son un indicio poderoso. Casado quiere centrar a Madrid para alejarse de Vox y acercarse al PSOE y Ayuso cree que el futuro es una derecha libre y sin complejos. Sánchez, por su parte, después de la crisis de gobierno en la que apartó a Calvo, Redondo, Ábalos y Lastra, intenta un maquillaje centrista del sanchismo y la foto con Felipe González, Zapatero, Almunia en Valencia está en esa onda. Para esa estrategia, Ayuso estorba.