ABC – 02/04/17
· El Tribunal Supremo tardó pocas horas en anular las sentencias que suprimían al Parlamento, después de que el presidente pidiera «revisarlas».
La ola de protestas internacionales podría haber hecho mella en el régimen chavista: ayer, el Tribunal Supremo venezolano, controlado por el Gobierno de Maduro, dio marcha atrás y renunció a asumir los poderes del Parlamento, horas después de que el presidente le pidiera «revisar» sus sentencias.
La decisión de recular en lo que, tanto la oposición democrática venezolana –mayoritaria en la Asamblea Nacional– como la comunidad internacional calificó como «golpe de Estado institucional», ha sido interpretada como una respuesta a la posible ola de protestas masivas en la calle.
El anuncio del Tribunal Supremo de retractarse de su decisión de asumir las funciones del Parlamento se tomó un día después de que la fiscal general del Estado, la chavista Luisa Ortega, denunciara una «ruptura del orden constitucional» por parte de la máxima judicatura. Horas después de ese insólito anuncio –que daba a entender por primera vez «fisuras» en el frente chavista–, el presidente Maduro convocó en la noche del viernes a su Consejo de Defensa para evaluar la situación.
A ese encuentro acudió, entre otras personalidades de las instituciones venezolanas, el presidente del Tribunal Supremo. No asistieron, en cambio, ni el presidente del Parlamento, Julio Borges, ni la fiscal general Ortega. Tras la reunión, el presidente Maduro pidió públicamente al Tribunal Supremo que «revisara» sus últimas sentencias –en las que se apropiaba de las competencias legislativas y quitaba la inmunidad a los parlamentarios elegidos democráticamente–, con objeto de «mantener la estabilidad institucional y el equilibrio de poderes».
Dicho y hecho. Horas más tarde, el máximo Tribunal anunciaba ayer que anulaba las sentencias polémicas, con otras dos publicadas en su página web. En ellas, sin dar más explicaciones, se retracta de su decisión de quitarle las competencias a la Asamblea Nacional, suspender la inmunidad a los parlamentarios, y dar nuevas atribuciones al presidente Maduro.
En la rueda de prensa para anunciarlo, el presidente del Tribunal, Maikel Moreno, ordenó retirar a los periodistas no oficialistas que habían sido invitados a la rueda de prensa, y dejó solo a la estatal Venezolana de Televisión para que cubriera el acto. El día anterior la corresponsal de Radio Caracol, Eliangela Gonzáles, fue brutalmente golpeada y arrastrada por el suelo por diez uniformados de la Guardia Nacional en las puertas del TSJ.
Los grupos de la oposición democrática iniciaron ayer protestas en las calles de varias ciudades, y anunciaron que –pese a la marcha atrás del régimen– seguirán impulsando las movilizaciones «hasta que se restablezca la normalidad constitucional. «Vamos a planificar acciones de protesta y lanzar un inmenso movimiento de presión ciudadana y de resistencia», dijo el líder de los diputados de la oposición. Stalin González.
Numerosos parlamentarios decidieron mantener una reunión de la Asamblea «desposeída» en el centro de Caracas, para denunciar las que calificaron como «maniobras del chavismo» para acabar con el único foco de resistencia democrática. El presidente de la Asamblea, Julio Borges, hizo un llamamiento para que sigan las movilizaciones, pese a la aparente decisión de Maduro de dar marcha atrás. «A todos los que piden calle y están acá, Venezuela se los agradece. A los que están desde la comodidad, les pedimos que se sumen», dijo en la «sesión parlamentaria» celebrada en la plaza Chacaíto de Caracas. La maniobra chavista fue también criticada con dureza esta semana por la comunidad internacional. Tanto la UE como Estados Unidos y una docena de países de Iberoamérica denunciaron la decisión del Supremo venezolano como un golpe en toda regla.
Reunión de Mercosur
Al Mercosur (Mercado Común Suramericano) se le acumula el trabajo con Venezuela (Paraguay es otro tema). La reunión de urgencia convocada por la canciller Susana Malcorra (Argentina es presidente pro témpore) sentó en la misma mesa a los responsables de Asuntos Exteriores de los países fundadores del bloque: Uruguay con Rodolfo Nin Novoa, Paraguay con Eladio Loizaga y Brasil con Aloysio Nunes, informa Carmen de Carlos desde Buenos Aires.
El gigante suramericano y locomotora del Mercosur llegó a Buenos Aires, según fuentes extraoficiales, con la postura más dura: Impulsar la expulsión de Venezuela del bloque. Finalmente, los cancilleres optaron por destacar la «crisis política, institucional, social, de abastecimiento y económica que atraviesa Venezuela», y leyeron un documento donde reclaman a Maduro garantías para «asegurar la separación efectiva de poderes».
ABC – 02/04/17