- España no vive buenos tiempos. Ayer fue un claro ejemplo de ello. Mientras Mazón no resiste el acoso, Teresa Ribera, responsable del desastre de la dana por su política ambientalista, cobra 34.000 euros al mes en Europa y ha desaparecido de España
Ayer fue un mal día para la democracia española. Por primera vez en la historia, un fiscal general se sentó en el banquillo de los acusados. Lo que evidencia el mal momento que vivimos en este rincón del planeta. En lugar de fiscales, padecemos activistas políticos, algunos llegan a querer poner un «poco» de cianuro, no «más», solo un «poco». Por un comentario como ese, probablemente juzgarían a cualquier ciudadano normal de la calle. Vivimos en ese país donde los datos privados de los contribuyentes se filtran para dañar la imagen de un rival político. El mismo país en el que el Tribunal Supremo decide procesar a un ministro socialista por una corrupción en la compraventa de mascarillas, cuando los españoles morían a una media de casi mil al día. Es la misma tierra en la que otro ministro, un tal Torres, es señalado por la policía judicial de la Guardia Civil, la UCO, como presunto colaborador en la trama de cobros ilegales. Es el mismo lugar donde la lista de situaciones irregulares y presuntamente delictivas del Gobierno de Sánchez, ese hombre que no gana elecciones, es considerable, incluida esposa y hermano. Se llama España, allí donde la hemiplejia moral logró ayer llevarse por delante a Carlos Mazón, tras un linchamiento que tiene pocos precedentes, tal vez el de Rita Barberá o el Paco Camps.
Escribí en este mismo lugar, al poco tiempo de sufrir la dana que se llevó la vida de más de doscientas personas, que Mazón solo debería marcharse al minuto siguiente de que lo hiciese Sánchez. Uno se va y otro se queda. Ya conocemos como se las gasta la izquierda de este país. Sus acosos son jarabe democrático. Ellos son los únicos que pueden establecer lo que es bueno y lo que es malo y así nos encontramos que en la actualidad se llama malo a lo bueno y bueno a lo malo. Por eso está fracasando España como sociedad democrática y a esa ruina están ayudando los políticos, los fiscales del cianuro y los medios que han abdicado de actuar de conciencia crítica del poder y han perdido toda referencia de equilibrio y ponderación. Los mismos que solo ven la paja en el ojo ajeno.
España no vive buenos tiempos. Ayer fue un claro ejemplo de ello. Mientras Mazón no resiste el acoso, Teresa Ribera, responsable, sin ningún tipo de dudas, del desastre de la dana por su política ambientalista, cobra 34.000 euros al mes en Europa y ha desaparecido de España. ¿No tiene nada que decir la que fuera ministra responsable de la Aemet, de la Confederación hidrográfica del Júcar o del pésimo estado en que se encontraba el Barranco del Pollo?
De la desgracia meteorológica del 29 de octubre del año pasado, queda todavía mucho que aclarara y esclarecer. También mucho que aprender. El tiempo nos ayudará a comprender determinadas situaciones y nos advertirá que recuperar el cauce del Júcar por el centro de Valencia, como pretendía esa izquierda cainita y catalanista que gobernaba en el pasado aquellas tierras, sería un capítulo más del suicidio a cámara lenta en que hoy se encuentra España.
Pedro Sánchez, ese hombre que no gana elecciones, ni se inmutó en su paseo por la India. Marlaska no decretó la emergencia nacional, pese a que se lo impone la ley y la evidencia de que la catástrofe afectaba también a Castilla-La Mancha y Murcia. La UME no actuó hasta tres días después. El Gobierno central no ha hecho nada por la recuperación de las zonas afectadas, «Si necesitan ayuda que la pidan». ¿Se puede ser más mezquino? Tan solo tuvieron tiempo para suspender el Congreso de los Diputados el día 30 de octubre de 2024. Eso sí, antes acometieron el asalto a RTVE, esa entidad pagada por todos nosotros que viene dedicando una media de 16 horas diarias a linchar a un político. En este caso a Carlos Mazón. No hace mucho tiempo, desde la fiscalía general del Estado, lo intentaron con Isabel Díaz Ayuso. ¿De verdad creen que España es un país democráticamente normalizado? Ayer fue un mal día para la democracia española, sin duda. Solo hay que ver y escuchar al fiscal general y a la abogada del Estado que lo defiende.