HERMANN TERTSCH, ABC – 23/06/15
· Una vez más, el que peor se porta, el mayor infractor dentro de la comunidad de derecho, es el que dicta la agenda y las reglas.
El espectáculo es poco edificante. Como casi todos a los que asistimos de un tiempo a esta parte. ¿Cuál fue el último gran gesto de dignidad europea que recuerdan? Cuesta trabajo recordar alguno reciente. Ahora tenemos a un gobierno de un pequeño país decidido a utilizar todos los métodos de la deshonestidad, desde el chantaje al engaño, de la amenaza a la agitación populista o la traición. Todo para asegurarse un trato de privilegio que se traduce en la impunidad para violar las reglas comunes, incumplir los compromisos y romper la palabra.
No de otra cosa estamos hablando en el trato de la UE con Grecia. Una vez más, el que peor se porta, el mayor infractor dentro de la comunidad de derecho, es el que dicta la agenda y las reglas, el que recibe todas las atenciones y el que consigue un trato especial. Mientras que aquellos que han hecho inmensos esfuerzos para adaptarse y cumplir no reciben sino indiferencia y el recargo sobre la factura general que habrá de pagarse para cubrir los dispendios del transgresor.
Es comprensible que muchos líderes, a su cabeza Angela Merkel, crean mejor casi cualquier cosa que la salida de Grecia. Les da vértigo participar en la creación de este precedente. Pero debería quedar claro que peor que la UE sin Grecia es quedarse sin UE a medio plazo. El resentimiento no solo se dispara en Alemania. Y no se dirige solo contra el Gobierno griego, sino también contra la UE. El veneno griego hace tiempo que corre por las venas europeas. Porque los que actuaron correctamente se ven maltratados, y muchos escarmentados. Y quienes quieren imitar a los griegos en romper los criterios económicos del sistema y de la honradez en el trato internacional se ven fortalecidos. Son los que quieren construir otro tipo de régimen político. Ahora parece que creen algunos que Grecia comenzará a acatar las reglas.
Porque está a días de la quiebra. Pero el alacrán actuará según su naturaleza. Con una dirección política neocomunista no puede cumplir y no lo hará. Y con ese gobierno no podrá funcionar. Pero la perseverante defensa del absurdo es parte de ese proyecto totalitario comunista que vuelve en el mundo y en Europa con el desprestigio de la democracia, del capitalismo y la libertad. En Europa de momento tiene como cabeza de puente a Grecia. Quizá pronto sea España la otra. Si sucede, no habrá sido menor el papel jugado por todos los que han otorgado impunidad a Tsipras tras alcanzar este cotas insólitas de osadía en el engaño y la provocación. Como en el chantaje y sus actos de amenaza con enemigos de la UE.
Pocos europeos están en contra de la permanencia de una Grecia democrática, honrada y respetuosa en el seno de la UE. Pero muchos europeos dudan profundamente de que el proyecto político griego sea compatible con la UE y sus leyes. El populismo griego es un movimiento agresivo, nacionalista, victimista y antioccidental que alimenta el movimiento neocomunista. Su partido es tan enemigo de las reglas, principios y esencia de la UE como lo puedan ser Rusia, Bielorrusia o Cuba.
Y tan absurdo resultaría intentar integrar ahora a estos países en la UE como intentar retener a Grecia si no abandona ese proyecto. En los Balcanes hay países con más vocación europeísta y ganas de cumplir. Están a la espera en una cola que no se moverá en los próximos años. El proyecto de Syriza es construir un régimen socialista antiliberal. Y que Europa corra con los gastos. Aunque tuviera Europa la delirante generosidad para aceptarlo, un cuerpo extraño agresivo así en su seno solo augurar metástasis, parálisis y mutilaciones, una lastimosa agonía para Grecia y toda Europa.
HERMANN TERTSCH, ABC – 23/06/15