RAMÓN PÉREZ-MAURA, ABC – 30/12/14
· La alegría que ayer demostraron Pablo Iglesias y Alberto Garzón, su émulo de IU, tiene que ser una impostura.
Recuerden el viejo dicho: «Los experimentos, con gaseosa». Y, por lo que a España se refiere, la gaseosa puede ser la República Helena, vulgo Grecia. El Parlamento Griego ejecutó ayer una moción de censura –indirecta– al Gobierno de Andónis Samarás. Y el país tendrá que elegir un nuevo Parlamento antes de un mes. La cosa pinta tan bien que la bolsa de Atenas llegó a caer un 11 por ciento en algunos momentos de la sesión de ayer y el pánico se contagió por todos los mercados de Europa, destacadamente Madrid. El Fondo Monetario Internacional ha cortado su financiación a Grecia hasta que sepa a quién le da el dinero y cómo piensa ese interlocutor devolverlo. Es decir, lo mismo que hace cualquiera antes de prestar nada a nadie.
Es un escenario que en sí mismo tampoco es bueno para España. Pero puede ser lo mejor que nos podría ocurrir. Porque todos los sondeos dan como ganador a Syriza y su jefe Alexis Tsipras. Y recordemos que Tsipras fue el dirigente político extranjero más relevante que asistió al Congreso de Podemos en Madrid. Tsipras y Pablo Iglesias comulgan con las mismas ideas. Son conmilitones. Y al electorado español le vendría muy bien contemplar durante unos meses qué le ocurre a un país gobernado por una coalición de comunistas varios: maoístas, guevaristas (un hijo de Tsipras se llama Ernesto) y trotskistas. Yo compraría entrada para asistir a ese espectáculo.
Claro que la diferencia está en que Grecia es un país rescatado y es más fácil apretarle las tuercas desde fuera. Mientras que España es un país razonablemente saneado sin intervención exterior. Y si Pablo Iglesias llegara al Gobierno tendría un margen de tiempo para volver a arruinar a España antes de que su situación política fuera insostenible. Y en eso de arruinar un país, la izquierda aporta maestros de una sabiduría inigualable.
Es cierto que Grecia en manos de los iluminados de Syriza puede suponer un golpe mortal a la recuperación europea. Pero esperemos que Europa sea capaz de demostrar al fin que es una entidad política capaz de reaccionar contra quienes la atacan, contra quienes intentan minar sus fundamentos. Y eso es lo que pretenden por igual Syriza y Podemos.
La alegría que ayer demostraron en las redes sociales Pablo Iglesias y Alberto Garzón, su émulo de Izquierda Unida, tiene que ser una impostura. Porque ellos saben que sus programas no funcionan en ningún sitio. Y la llegada al poder de Syriza va a hacer de su movimiento populista la encarnación perfecta de la fábula del rey desnudo. Ya sabemos que eso les ocurriría a ellos si alcanzasen la Moncloa. Pero es que la gracia está precisamente en eso. En tomar el poder. Y con este contexto se les pone más difícil. Y para ellos el poder es un objetivo, no un medio.
RAMÓN PÉREZ-MAURA, ABC – 30/12/14