Alejandro Soler un receso de cinco o diez minutos. O de 250, qué más le dará a él
Lo de Pedro Sánchez es un portento extraordinario. Ya me dirán si no tiene mérito pactar con sus dos extremos: Bildu, BNG y ERC por la izquierda y Junts por la derecha. Aquellos quieren la extensión del impuesto a las energéticas, mientras Junts y el PNV pretenden acabar con ese impuesto a finales de este mismo año. Cualquier observador diría que los intereses de ambos socios son incompatibles entre sí, y que alguno de los dos posibles socios tendrá que salir engañado del acuerdo, o por lo menos defraudado, aunque esta posibilidad no apura las capacidades de Pedro Sánchez. No cabe despreciar la probable hipótesis de que les haya engañado a los dos. Sin que sirva de precedente, me pareció correcta la apreciación de Podemos que conocimos por boca de su secretaria general, Ione Belarra: “Ayer por la noche el Gobierno pactó al mismo tiempo prorrogar el gravamen a las energéticas con ERC y Bildu y eliminarlo con Junts, a través de un comunicado de Hacienda”. Podemos es partidario de prorrogarlo, claro y han amenazado con que mañana votarán en contra en otro caso. Hay que tener en cuenta un precedente curioso: el partido que pastorea Ione Belarra es un acérrimo partidario de la causa saharaui cuya traición en favor de Marruecos han reprochado al PSOE, aunque cuando eran ministros de Sánchez no dijeron ni mú en el momento de la citada traición.
La comisión de Hacienda fue un caos, solo comparable, quizá, al lío que rige la cabecita de Montero. Bueno, depende de cómo se lean los datos; Alejandro Soler, presidente del PSPV y de la Comisión de Hacienda, notó que al acuerdo le faltaba un hervor e interrumpió la Comisión “unos minutos”, dijo, con una locución evidentemente indeterminada. Unos minutos pueden ser cinco o diez o 250, cuatro horas y diez minutos, duración efectiva del receso en que el PSOE buscó el acuerdo que tanto necesitaba. Llegaron a llamar a Zapatero para persuadir a Puigdemont, aunque el éxito de su mediación está por ver. Razones tenían el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado y su homóloga en Vox, Pepa Millán, que va cogiendo hechuras en el oficio al coincidir en la calificación de los minutazos de receso como un secuestro de la Comisión.
Habrá que ver lo que pasa mañana: si Podemos cumple su amenaza o traga y si tanto esfuerzo negociador se resuelve en melancolía. Otro inconveniente para Sánchez: los Reyes viajaron a Chiva y Utiel, las dos localidades valencianas asoladas por las inundaciones y a Letur, municipio de Albacete que también fue afectado por la DANA. Recordarán que Chiva iba a ser visitada por Felipe VI y por doña Letizia la misma tarde del domingo día 3, en que visitaron Paiporta por la mañana. La lluvia de barro que cayó encima a la comitiva formada por los Reyes, el presidente del Gobierno y el presidente de valenciano llevó al presidente Sánchez a descolgarse de la comitiva, alegando agresiones inexistentes de la ultraderecha, según el relato de los hechos que ofreció la UCO. En el comportamiento de Carlos Mazón desde el martes 29, solo encuentro una actitud positiva: la de aguantar el tirón junto a los Reyes, mientras Sánchez tomaba el olivo. Por todo lo demás debería haber comprometido ya su dimisión. Ayer volvió a estar a la altura en esto, aunque tuvo que aguantar exigencias de dimisión y algún grito de ‘asesino’. En Letur acompañó a los monarcas Emiliano García-Page. Sánchez tampoco estuvo, claro.