Iñigo Urkullu se ha percatado de un fenómeno tan inevitable como ascendente: van todos contra el Partido Nacionalista Vasco.
A la tercera irá la vencida. En ello se va a empeñar el PNV con la fusión de las Cajas, con un tercer intento, aunque tendrá que ser ya después de las elecciones autonómicas. Tras el fracaso de la fusión bancaria y de los reproches multidireccionales, su presidente, Iñigo Urkullu, se ha percatado de la existencia de un fenómeno tan inevitable como ascendente: van todos contra el PNV.
Pero lo que el presidente de los nacionalistas vascos considera un frente no es otra cosa que una confluencia de intereses contra el ‘régimen’ instalado desde hace veintiocho años. Socialistas, populares, la denominada izquierda abertzale incluso y los sindicatos nacionalistas han coincidido en su veto a un proceso de fusión que iba a otorgar al Partido Nacionalista Vasco más poder si cabe. Nadie lo ha formulado así, pero el ambiente preelectoral ‘anti-PNV’ que se respira en la comunidad autónoma recuerda al lema de la vecina Francia en los últimos comicios presidenciales, cuando todos los demás se movilizaron al grito de «tout sauf Sarkó» (todo menos Sarkozy). Pero aunque nadie lo haya expresado así todavía en Euskadi (todo menos el PNV), ése es el espíritu que se palpa en el ambiente.
El principal perdedor del fracaso de la fusión de las Cajas ha sido Joseba Egibar en particular y su partido en general, que está empezando a acusar el golpe del mensaje descorazonador para sus bases: más allá de sus dominios, hay vida en el País Vasco. Que puede comenzar otro ciclo político en el que, quizás, otros partidos políticos sean más importantes y decisivos que el propio PNV. La vida política es, al fin y al cabo, una renovación constante y a pesar de la sensación de permanencia que ofrecen algunos ciclos, no hay nada eterno si es la ciudadanía quién puede decidir democráticamente sobre el perfil de sus gobiernos. En Cataluña sin ir más lejos, CiU se las prometía felices en el timón de la Generalitat hasta que llegó el socialista Montilla y mandó parar.
Los socialistas vascos de Patxi Lopez pusieron en marcha, hace años, la fotocopiadora catalana para aplicarla en Euskadi. Egiguren está concentrado en este empeño, aunque aquí es algo más difícil, ya que, además de EA (equiparable a ERC) o Ezker Batúa (Iniciativa per Catalunya), existe la corriente de la izquierda independentista adscrita al entorno de ETA, que acaba siendo un lastre a la hora de incluir a sus miembros en la tarjeta de presentación de cualquier partido.
«Los socialistas han terminado haciendo de la necesidad virtud», concluyen las otras formaciones constitucionalistas al referirse al fallido proceso de fusión de las Cajas. El PP, por supuesto, es una de ellas. Pero, también UPD, que está preparando su puesta de largo en la campaña autonómica a la que concurre por primera vez. Tanto el PP de Basagoiti como UPD observan los movimientos de los socialistas vascos. Y les ven acercarse a un partido, hasta ahora, tan distante como EA, pero con el que podrían tener una causa común si el PNV no obtuviera la fuerza electoral necesaria como para formar gobierno. «Si en el 90, el Banco Público Vasco fue una moneda de cambio (o, cuando menos, de excusa) para configurar gobierno, ¿quién nos garantiza que el PSE, después de la fusión fracasada, no va a empezar a acercarse a EA pensando en el día después de las elecciones?». La pregunta, cargada de intención, la formula Rosa Díez. En UPD están ya en capilla de la campaña vasca. Saben que no pueden aspirar a la Lehendakaritza porque se estrenan en esta legislatura y parten de cero con estas siglas, pero saben también que si logran una representación notable en el Parlamento vasco, pueden ser decisivos a la hora de decantar mayorías.
Todavía está por decidir si presentarán un candidato a lehendakari o serán los tres cabezas de lista los que tendrán idéntico protagonismo. Lo que sí parece claro es que una de sus apuestas fuertes será el hermano del asesinado Fernando Buesa, Mikel, para jugar un papel importante en una campaña que va a gestionar una de las empresas de comunicación más importantes de España (que ha diseñado la publicidad de la ONCE, entre otras) por la que no les va a cobrar absolutamente nada.
Ese ofrecimiento desinteresado les ha compensado los sinsabores producidos por el intento de presión de los ámbitos socialistas para que UPD no se presente. Un intelectual de reconocido prestigio, asimilado a la plataforma Aldaketa, le sugirió al miembro de UPD Fernando Maura la conveniencia de que el partido de Rosa Díez no se presente a las elecciones vascas para no entorpecer el voto socialista para Patxi Lopez. En UPD, ni caso. Quieren aportar su cuota de fuerza electoral para cumplir con el compromiso de Rosa Díez (y en eso coincidirían con el PP) de no favorecer ningún Gobierno que esté formado por partidos nacionalistas.
Eso querría decir que, si de UPD dependiera, no saldría un Gobierno formado por los socialistas y alguna formación nacionalista como EA. Por ejemplo. Pasarán muchas cosas en estos próximos tres meses de campaña electoral. De momento, el sábado 6 de diciembre UPD celebrará en Bilbao un acto de conmemoración de la Constitución en el hotel Ercilla, con el lema ‘Constitucionalistas, aquí y ahora’.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 1/12/2008