Antonio Casado-El Confidencial
Los cerros de Úbeda fueron el burladero del presidente sobre el cómo y con quiénes espera aprobar los PGE sin morir en el empeño
Poca cosa es solemnizar los cantos a la unidad en nombre del patriotismo, como banderín de enganche para disponer en otoño de unos PGE 21 orientados a la reconstrucción del país. Sin embargo, fue el único resorte persuasivo utilizado por el presidente en su dominical rueda de prensa. “La recuperación será más efectiva con unidad”, dijo. Pero desconocemos el método: ¿por consenso o por alistamiento?
La incógnita desarma la credibilidad del llamamiento a la necesidad de arrimar el hombro dirigido a todas las fuerzas políticas, no solo a sus costaleros de la investidura. Habló de “acuerdos transversales”, sin entrar en detalles. Los cerros de Úbeda volvieron a ser el burladero del presidente ante las numerosas preguntas interesadas en saber cómo y con quiénes espera el Gobierno sacar adelante las cuentas públicas del año 2021 sin morir en el empeño.
«¿Unidad por consenso o por alistamiento? Esa incógnita desarma la credibilidad del llamamiento a la unidad dirigido a todas las fuerzas políticas»
So pena de sucumbir a los vientos y tempestades de la nueva normalidad (regresión económica, paro, pobreza, malestar social y bronca política), levantando ‘muros’ en vez de construir ‘molinos’, el empeño consiste en sumar los 10 escaños de Ciudadanos al conjunto de los 21 que garantizan la continuidad de la coalición PSOE-Podemos. Pasa por la aprobación de los PGE. Si no se supera esa previa prueba de esfuerzo, el otoño vendrá marcado por una incontenible demanda de urnas. En noviembre, ya será legalmente posible adelantarlas.
El escollo es la incompatibilidad de Cs con los nacionalistas de ERC y PNV, convencidos de que, tras la pancarta de la ‘política útil’, el partido de Arrimadas ha venido al mundo a combatir los hechos diferenciales de Cataluña y Euskadi. Por no hablar de la distancia ideológica con el socio de gobierno, UP. La que hay entre “un sistema productivo basado en los salarios y un sistema basado en los subsidios”, como suele decir Edmundo Bal, figura emergente de Cs, sabedor de que Bruselas recela de unos PGE afectados por las ideas de Iglesias Turrión.
«Si no se supera esa prueba de esfuerzo (PGE), el otoño vendrá marcado por una incontenible demanda de urnas»
Demasiadas incógnitas en los planes de Sánchez para sobrevivir políticamente a las calamidades económicas y sociales que se avecinan. Malos vientos para sus proverbiales ‘molinos’. Lo puede matar el paro y lo puede matar su debilidad parlamentaria, porque Bruselas nos mira y la mirada no le sienta bien a la coalición PSOE-UP, recostada en declarados enemigos del Reino de España. Lo veremos pronto, cuando dentro de un mes haya que fijar el techo de gasto, paso previo en la elaboración de unos PGE 21 muy condicionados por exigencias de terceros.
Las exigencias de una UE dividida entre el norte luterano y el sur derrochador. Las de una ERC metida en urnas que amenaza con reventar la legislatura (“Sin ERC, no hay gobernabilidad”, dice Rufián), por no ser menos antiespañola que sus competidores de JxCAT. Y las de un Cs que sigue reprobando la razón fundacional del Gobierno Frankenstein, sin ocultar su deseo de romper el vínculo tóxico del Gobierno con quienes quieren destruir el Estado. Amén de las propias exigencias planteadas desde dentro de Podemos, receloso con la escenificación pública del acercamiento a la ‘derecha responsable’ de Arrimadas y Garicano.
«Bruselas nos mira y la mirada no le sienta bien a la coalición PSOE-UP, recostada en declarados enemigos del Reino de España»
Solo el PNV parece un costalero seguro. En apoyo a los PGE y a lo que venga luego, si la facturación le compensa. Claro que, a juzgar por los antecedentes, sobre los que Mariano Rajoy podría dar una conferencia, tampoco extrañaría a nadie que en cualquier momento los de Ortúzar y Urkullu acudiesen al PP con los planes secretos del cinturón de hierro diseñado por Sánchez e Iglesias para agotar la legislatura. Si acaso, absténganse ustedes de poner la mano en el fuego por la lealtad del PNV.