
Gran éxito de la manifestación de ayer en el templo de Debod a pesar de las ausencias. Nunca había visto yo en la derecha ese entusiasmo al jalear al orador haciendo los coros. la mentira. Fuera. la arrogancia. Fuera! Empezó Feijóo y le siguió la militancia: la corrupción. ¡Fuera! Este Gobierno. ¡Fuera! Pedro Sánchez. ¡Fuera!
El runrún de la moción de censura que comentabas a las siete ha venido a aminorarse después de la sentencia de Turull descartándola. No soy partidario y no solo por su improbable resultado. También y fundamentalmente porque al negociarla con Junts, cualquier precio que exijan los golpistas será insoportablemente caro.
Aitor Esteban ha interpelado al Rey por no haber pedido perdón en Guernica a cuenta del bombardeo, como hizo el presidente alemán. Este era un clásico para mí cuando escribía en El Correo cada 26 de abril, que era el aniversario del bombardeo. El alcalde de turno de la villa foral, que siempre era nacionalista, exigía al Gobierno español que pidiese perdón por aquello. No había razón, como no la había para que lo pidiera el presidente alemán, por lo que había hecho el nazismo. Si el presidente del PNV considera que España es responsable por lo que el bando franquista hizo en su nombre, Aitor Esteban y el Gobierno vasco que sostiene, deberían hacer otro tanto por los 859 asesinatos que ETA cometió en nombre del pueblo vasco, siete veces más de víctimas que en el bombardeo. Arcadi Espada reducía al absurdo estos argumentos en su artículo de ayer en El Mundo.
Ernesto Ekaizer, adjunto al director que fue del diario El País, está que lo tira: ha suscrito con entusiasmo todos los bulos contra el Tribunal Supremo: la sentencia xomo contraprestación de las clases que impartieron tres de sus magistrados en el Colegio de Abogados para ilustrar a los abogados de las particularidades del turno de oficio y el hecho de que el presidente del Tribunal y presidente de la Sala Penal, Andrés Martínez Arrieta, anunció en el Colegio de Abogados de Madrid, al término de un curso: “Y con esto señores concluyo porque tengo que poner la sentencia del fiscal general del Estado”.
Dice que es revelación de secretos. Ekaizer acusa al presidente del tribunal en su Newsletter ‘Analítica’ con estas palabras: “Por qué el presidente del Tribunal, Martínez Arrieta, cometió delito de revelación de datos reservados en el Colegio de Abogados de Madrid el 18 de noviembre”.
Aún para un lego en Derecho como yo, este titular en que se acusa a alguien de la comisión de un delito constituye un delito de calumnias, penado en el artículo 205, 206 y 207 del Código Penal, que define este delito como “la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad”.
Ekaizer considera que el anuncio entrecomillado contiene información reservada revelación de secretos, que con esas palabras anunciaba que el tribunal había arrebatado la ponencia a la magistrada Susana Polo para sumirla él. Si tal fuera la cuestión, el presidente del tribunal no habría dicho la verdad, porque diez días después de tal anuncio la sentencia sigue sin poner. Y Marínez Arrieta sigue poniendo la sentencia en estos días. La sentencia la pone el tribunal, no solo el ponente.
Juan Soto Ibars establecía una analogía muy razonable en X: “los magrebíes están sobrerrepresentados en ciertos delitos. ¿Reservaríamos penas más altas para ellos por ser magrebíes? Pues es lo que hace la ley de VioGen con los hombres”.
Una de las criaturas más tontas que han pasado por la República se llama Gema Maldonado y hacía en la SER ”Prohibido hablar catalán, euskera y gallego. Hasta la muerte de Franco no se podía usar otro idioma que no fuera el español. ¿Te imaginas cuántas cosas nos hubiéramos perdido? Desde Rosalía a ser el único parlamento nacional en Europa donde se escuchan cuatro idiomas diferente. Esto con Franco no pasaba, un repaso a qué ha cambiado respecto demostrando señalando la estupiez de esta pobrev a la dictadura y nos hace un país mejor”.
Ha habido decenas de intervenciones en plan mentís señalando la fundación de Euskaltzaindia, la Real Academia de la lengua vasca, comentando las editoriales que publicaban libros en catalán en pleno franquismo, señalando las actuaciones de Serrat en TVE en catalán cuando ella había emzclado churras con merinas al decir que no le dejaron cantar en catalán en Eurovisión. Era mentira: tal como ha explicado muchas veces Ramón Arcusa, creador del La, la, la, lo que pasó fue que cuando se había escogido esa canción, Serrat quiso cambiarla por ‘El titiritero’, una creación suya y como no podía ser, puso como pretexto que quería cantarla en catalán.
Jacobo Fitz Edwards se asombraba de que se prohibiera hablar en catalán, vascuence y gallego, pero el artículo 149 del Reglamento Notarial de 1944 permitía otorgar escrituras en las tres lenguas en doble columna con el español.
Seguimos con los problemas hereditarios de la izquierda española. Ana Barceló, concejal del PSOE de Alicante, llama ‘hijos del franquismo a sus homólogos de VOX. Ella es hija de Luis Barceló, alcalde franquista de Sax entre 1950 y 1958 y sobrina de Joaquín Barceló, que ejerció el mismo cargo entre 1966 y 1970. Ambos trufaban sus escritos con loas a Falange y terminaban con Viva Franco o Arriba España. ¿Te acuerdas de Mariano Fernández Bermejo, aquel ministro que tuvo que dimitir por ir de cacería con Garzón a Andalucía cuando su licencia solo le permití la caza en la Comunidad de Madrid? Pues él decía: “Tuvimos que luchar contra los padres y ahora nos toca luchar contra los hijos.” Su padre, Mariano Fernández Alonso, era falangista, alcalde de Arenas de San Pedro y jefe local del Movimiento.
Otro que tal, Manuel Chaves dijo en un mitin de Dos Hermanas: “Tenemos que ganar. Se lo debemos a nuestros padres y abuelos que tanto sufrieron durante el franquismo”. No habían sufrido tanto. Su padre, Antonio Chaves Plá, era coronel de Artillería. Franco le impuso en la Pascua Militar de 1973 la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco.