Esa foto en uno de los grandes templos históricos del cristianismo con los fieles sentados, mudos, con cara de pánico y las manos arriba sería una excelente portada para la reedición del libro de Oriana Fallaci sobre Eurabia, o el de Houellebecq sobre una Francia futura con un presidente musulmán, o el que debe reunir cuanto antes los mejores artículos pro-islamistas del diario de Cebrián, que llama insidiosa a la Reconquista y fue el anfitrión en España de Tariq Ramadán, apuesto ideólogo islamista con un hermano clérigo radical, descendientes del fundador de los nada insidiosos Hermanos Musulmanes y que tiene prohibida la entrada en varios países por ideólogo del terrorismo. ¡Cuánta intolerancia!
Esto no pasará en la España pastoreada por Cebrián, que tras otorgar a la teóloga Armstrong, también enemiga de la Reconquista, el Premio Princesa de Asturias (abajo Covadonga) publicó dos joyas para engastar en su corona de espinas para insidiosos: un artículo del pensador John Carlin (el mismo que amenazó en la COPE a James por no apoyar la rendición de Colombia ante las FARC) titulado «Ciudadano Khan para primer ministro», en el que dice que el alcalde musulmán de Londres, no May ni Corbyn, es el que debería ser votado en las elecciones de mañana. ¿Por qué? Porque cuando tras el último atentado dijo «no hay que alarmarse» (sólo iban seis muertos), Trump se metió con él. ¿Qué más razón para votarlo?
El otro artículo era todavía mejor: «Cuando llevar el velo islámico te deja sin trabajo en España». Qué insidiosa es la herencia de Covadonga. ¿Pues no hay gente que mira mal a las que con el hiyab aceptan y predican la inferioridad de la mujer ante el hombre? ¿Violencia machista? ¿Quién ha dicho eso? ¡Manos arriba, que esto es la Alianza de Civilizaciones!
Donde trabaja, por cierto, la teóloga.