Florencio Domínguez, LA VANGUARDIA, 30/5/12
Si ETA tenía esperanzas puestas en el relevo de Sarkozy por Hollande, habrá vuelto a equivocarse
En los últimos meses, ETA ha intentado en dos ocasiones tratar de abrir una cuña entre los gobiernos de Francia y España. La primera fue el 9 de marzo mediante un mensaje enviado a las oficinas de France Presse en Bayona y la segunda el pasado día 16 a través del mismo canal. La banda buscaba un impacto mediático específico en Francia pretendiendo una comunicación directa con el Gobierno de París. Hacía seis años, desde el 15 de junio del 2006, que ETA no se dirigía de manera directa al Ejecutivo de París. En aquella ocasión, la banda también reclamó a los políticos franceses que se implicaran en una negociación.
Los dos últimos intentos no han encontrado la respuesta buscada. Todo lo contrario. Tanto el gobierno de Sarkozy como el nuevo Ejecutivo de Hollande han reafirmado su respaldo al Ejecutivo español y la coincidencia de sus estrategias. Sobre esta base compartida se desarrolló ayer la visita de Manuel Valls, el nuevo titular de Interior francés, a su colega español, Jorge Fernández Díaz. Era su segundo encuentro, tras la breve cita el día 18 en Munich en la que Valls ratificó a su homólogo el compromiso de Francia en la lucha contra el terrorismo. Estas reuniones evidencian que los dos ejecutivos dan la máxima prioridad a mantener las buenas relaciones en el ámbito de la seguridad pública.
La colaboración policial hispano-francesa ha sido uno de los factores fundamentales para la derrota operativa de ETA. A partir de los años noventa, de forma progresiva, Madrid y París han ido desarrollando mecanismos de trabajo policial conjunto altamente eficaces y que, probablemente, no tienen parangón en el resto del mundo. Los resultados del esfuerzo sostenido están a la vista. La colaboración antiterrorista se ha mantenido con independencia del color de los gobiernos en Francia o en España y con independencia también del grado de sintonía personal entre los ministros de turno. Ahí reside la clave del éxito.
La detención el pasado fin de semana de dos presuntos etarras es una muestra de que esa colaboración va a continuar. La operación constituye un mensaje dirigido a una ETA empeñada en conseguir una negociación con los gobiernos de España y Francia para hablar de la libertad de sus presos, de la retirada de la Guardia Civil de Euskadi y de la Gendarmería del País Vasco francés. Y ya puestos, también la del primer regimiento de paracaidistas de Infantería de Marina, con base en Bayona. A fin de cuentas, todo entra dentro de la pretensión etarra de «desmilitarizar Euskal Herria».
Si ETA tenía puesta la esperanza en que el relevo de Nicolas Sarkozy por François Hollande iba a cambiar la estrategia contra el terrorismo, habrá vuelto a cometer un error de cálculo. ETA quiere que Francia asuma el problema vasco como una cuestión interna y París no está dispuesto a dejar de considerarlo un asunto español.
Florencio Domínguez, LA VANGUARDIA, 30/5/12