Pedro Sánchez espera que la cabeza de Paz Esteban, graciosamente caída ayer en la bandeja, sea suficiente para calmar las ansias de sus socios golpistas como la de Juan el Bautista las exigencias de Salomé. Uno de lo veía venir. Hace ya una semana que pronosticó: “todo esto se resolverá con la caída de la directora, Paz Esteban.
Y ayer cayó en el estilo que siempre cultiva el sanchismo, desmintiéndose a sí mismo. Felipe Sicilia, portavoz de la Ejecutiva Federal había dicho el lunes: “A día de hoy no hay una sola información, ni una sola razón, para que la directora del CNI no esté en su puesto. No hay ni una sola información, ni una sola noticia que pueda poner en cuestión el trabajo que ha podido venir desarrollando la directora del CNI, por tanto si sigue en su puesto es porque hay confianza en el trabajo que está realizando”. Unas horas más tarde era destituida.
¿Destituida? Margarita está linda la mar no concibe esa razón y durante la rueda de prensa que protagonizó después del Consejo de Ministros se hartó de proclamar que no estábamos ante una destitución, sino ante una sustitución, que es cosa sustancialmente diferente. La ministra de Defensa debería saber que la destitución va siempre primero. Luego le sigue la sustitución para rellenar el vacío.
Nunca he sido un partidario acérrimo de Margarita Robles, ya desde sus tiempos de juez, en los que condenó por violación a Ahmed Tommohui desdeñando las pruebas de ADN que acabaron incriminando a Antonio García Carbonell. Su comparecencia de ayer fue un despropósito de principio a fin. Ella se mostraba muy contenta porque una funcionaria ejemplar saliente, iba a ser sustituída por otra funcionaria ejemplar entrante, Esperanza Casteleiro, que fíjense si será de confianza que fue durante dos años su secretaria de Estado en Defensa. Hay otro asunto en ello que la tenía íntimamente satisfecha: que el nombramiento de la sustituta en una mujer tan allegada a ella revela la indestructible confianza que tiene en Margarita el chulángano de La Moncloa. La ministra alentó a los periodistas a sentirse tan orgullosos como ella de España, de mi país, de mi Gobierno y de todos nuestros servidores públicos.
Ella tiene claro que todos podemos cometer errores, pero no señaló ni uno de los que llevaron al Gobierno a destituir a Paz Esteban. Paz Esteban compareció en la comisión de secretos oficiales con toda la documentación para explicar que todas las actuaciones del CNI se hicieron bajo control judicial. Hubo un momento en que rozó la perfección al decir: “los enemigos de la democracia, que los hay…” Lo sabemos todos, Margarita. Los principales son vuestros socios de Gobierno, a los que tratáis de contentar con la caída de la ex directora Esteban. Ahora ya no hay obstáculo para que se celebre la reunión entre el ídolo de Margarita y el honorable demediado de la Generalidad. Aunque formalmente siguen reclamando la cabeza de la ministra Robles es probable que se den por satisfechos con esta decapitación simbólica. Todo ha sido ejemplar, todo se ha hecho con impulso judicial; el problema es que tenían que espiar a los socios del Gobierno porque estos son los enemigos del estado de Derecho, los espiables por naturaleza. Virgen Santa, qué gentuza.