EL MUNDO 14/02/13
· Un acto institucional reconoce su «memoria» para una «paz justa».
A escasos cuatro meses del ecuador de su mandato, la Diputación de Guipúzcoa (Bildu) aún no ha realizado ningún gesto de reconocimiento a las asesinados por ETA, pero sí se ha acercado en innumerables ocasiones a las víctimas que reivindica la izquierda abertzale. Ayer, el Gobierno de Martin Garitano añadió a las personas que han denunciado torturas por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a esta lista de agraviados a los que considera que hay que «reparar» desde las instituciones vascas y que ya incluye a los presos de ETA y a condenados por actos vinculados con la violencia terrorista.
Bildu quiso subsanar ayer la «ausencia del reconocimiento que les corresponde» a las «víctimas de la tortura» con la celebración de un acto institucional en el Palacio Foral en el que dio voz a varios testimonios que han denunciado haber sido objeto de esta «grave vulneración de los derechos humanos».
El homenaje se enmarcó en la conmemoración del día contra la tortura en Euskal Herria que ha ideado el entorno radical (a nivel internacional, se celebra el 26 de junio) con el objetivo de exigir que estas prácticas «no vuelvan a repetirse» para poder alcanzar una paz «justa y duradera» en el País Vasco.
Presidido por una reproducción de la particular versión del Gernika del artista vasco José Luis Zumeta, el acto se configuró, a ojos de la Diputación, como «un pequeño paso más» en el particular camino que quiere recorrer Bildu para la resolución del conflicto. Y en el necesario «reconocimiento de las víctimas que ha generado», Garitano situó a la «inacabable lista» de personas que han denunciado malos tratos tras ser detenidas. «Se debe la verdad a la sociedad», proclamó el diputado general de Guipúzcoa para compartir el sufrimiento de las «víctimas de esa atrocidad mucho más que muy grave».
El Salón del Trono congregó a medio centenar de personas, entre las que se encontraban varios diputados forales y una representación del Ayuntamiento de San Sebastián (Bildu), a quienes se les repartió una flor roja en la entrada.
El acto, de una hora de duración, se inició con la lectura de la pieza teatral La muerte y la doncella, una obra en la que el dramaturgo chileno Ariel Dorfman aborda la tortura, para, a continuación, dar la voz a tres personas que han denunciado estas prácticas: el periodista Martxelo Otamendi; Maialen Eldua, detenida en 2009, y Agurtzane Juanena, que se arrojó por una ventana de la comisaría de San Sebastián durante su detención en 1975. En un diálogo a tres bandas, con el director de Berria como hilo conductor, se escuchó el testimonio de estas víctimas a las que Garitano reivindicó su «memoria» para construir un futuro basado en una «paz justa».
El diputado general recibió las felicitaciones públicas de los asistentes porque, como resumió Otamendi, «ya era hora de que la Diputación hiciera un acto para reconocer a las personas que ha sido torturadas». Las víctimas de ETA siguen esperando esta reparación institucional.
EL MUNDO 14/02/13