ABC 15/06/13
Las revelaciones del caso Palau impactan de lleno en CDC, en su peor momento político
Puede resultar un tópico hablar de «tormenta perfecta», pero hay momentos en los que a determinados partidos, y ahora a Convergència Democràtica (CDC) en particular, parece que una ola les esté pasando por encima. El escrito de la Fiscalía Anticorrupción describiendo con total precisión el mecanismo por el que CDC llegó a hacerse con 6,6 millones de euros en comisiones ilegales, complica uno de los momentos más complejos por los que atraviesa el partido de Artur Mas, que se ve acosado por sus socios de ERC, que le advierten de que si no hay consulta en 2014 adiós al pacto, pero también por su aliado de federación, UDC, que sigue empujando para que CiU abdandone la vía rupturista.
Con semejante panorama, la inacción gubernamental y la parálisis legislativa, aunque disfrazada con ampulosos «planes de acción», casi pasa disimulada.
La jornada negra en CDC la estrenaba de buena mañana el secretario general de la federación, Josep Duran, quien verbalizaba con más crudeza que nunca las discrepancias que existen en su seno sobre la consulta. Apelando a lo que contiene e mismo acuerdo de gobernabilidad entre CiU y ERC —en una cláusula que impuso Unió de manera particular—, Duran consideró que existen razones económicas, políticas y sociales para plantearse aplazar la consulta más allá del 2014. En declaraciones a Catalunya Ràdio, el líder democristiano señaló que se debe «intentar llegar a la consulta con cuantas más fuerzas políticas mejor», por lo que «en este proceso esperemos llegar al 2016 —último año de legislatura— y esperemos hacerlo con ERC y, si no, intentaremos hacerlo con otras fuerzas políticas».
De hecho, comienza a cuajar la idea de que CiU pretende aplazar la consulta al último año del mandato, contando que en ese momento puede haber un mejor escenario, confiados en que el PP pierda la mayoría absoluta en las Generales de 2015. El giro moderado de Mas anunciado esta semana formaría parte de esta estrategia de ralentizar el proceso.
Al precio que sea
No obstante, una cosa es lo que digan o pretendan Mas y Duran, y otra lo que opine, y exija ERC, formación reforzada en las encuestas y que quiere, al precio que sea, forzar el referéndum para el próximo año. De no ser así, Mas puede dar por cerrada la legislatura y tener que convocar, de nuevo, elecciones anticipadas. Se lo advirtió ayer la formación republicana: sin consulta no hay pacto de gobierno.
En este contexto, y sin demasiado margen para actuar, se espera en breve un gesto de apaciguamiento por parte de CiU (de CDC en particular) hacia el partido de Oriol Junqueras, un paso más del sincopado baile con el que Mas lleva gobernando desde el pasado 11 de septiembre. Por si los problemas fueran pocos, en CDC lidian ahora con la corrupción. El caso Palau acecha a Mas y a los suyos.