EL CORREO, 2/10/12
No prevé convocar a corto plazo el referéndum, aunque invita a los catalanes a no temer al soberanismo porque «no hay armas para reprimirlo»
El president de la Generalitat firmó ayer el decreto de disolución del Parlament y de convocatoria de elecciones, y llamó a los catalanes a votar «sin miedo» el 25 de noviembre porque «nadie podrá utilizar las armas contra la voluntad de un pueblo que decida pacíficamente y por grandes mayorías». El jefe del Ejecutivo catalán matizó que la mención a las armas era en sentido figurado, como sinónimo de los intentos de atemorizar a la ciudadanía.
Frente a las «amenazas», Mas reclamó pulcritud democrática, pacífica y buenas maneras. A su juicio, las voces que se escuchan en los últimos días, en las que igual se apela a la Guardia Civil, al Código Penal o a la expulsión de Cataluña de la UE, que recuerdan los empresarios que podrían salir de Cataluña por la incertidumbre independentista, responden a una «estrategia del miedo» más propia del anterior «Estado dictatorial». Por fortuna, agregó, esos tiempos están superados y «nadie puede tener miedo a la democracia», remató.
Mas lleva semanas hablando de que hay que tomar decisiones excepcionales en situaciones excepcionales porque lo que está en juego en las próximas elecciones es la configuración de un Parlament que dirija el proceso hacia la convocatoria de una consulta. Los comicios del 25-N «son el primer paso hacia la libertad de Cataluña», proclamó.
La independencia de una parte de un estado de la UE no tiene precedentes, de ahí que aún haya muchos cabos por atar. «En ningún sitio está escrito que Cataluña pueda ser expulsada de la UE y del euro», dijo el presidente catalán.
Anoche, entrevistado en TV3, Artur Mas intentó restar dramatismo a la cuestión de la independencia, y aseguró que el proyecto de «emancipación» no está concebido para «aislar Cataluña», sino para proporcionarle instrumentos que le permitan «defenderse mejor». El president añadió que si Cataluña evoluciona hacia un Estado propio, «no dará la espalda al estado español». «Esto no es un ‘adiós España’; no se plantea en términos de ruptura, de batallas cruentas», sino que «habría cosas que compartir». La clave es, a su juicio, poder «hablar en pie de igualdad con España», y se mostró convencido de que así las relaciones «cambiarían a mejor».
Desacuerdo con Duran
En cualquier caso, y aunque Mas se comprometió el sábado ante los militantes de su partido a acelerar el proceso de la transición nacional, ayer reconoció que no se plantea convocar la consulta a corto plazo. «Estos procesos requieren grandes mayorías, mayores de las que tenemos en estos momentos», afirmó. De momento, para que pueda celebrarse, además de grandes mayorías, precisará de un acuerdo con el Gobierno para que autorice su celebración. Éste ya advirtió que en ese caso recurrirá al Constitucional, por lo que si Mas insistiese en su intención podría quedar al margen de la ley. Esta posición de máximos no coincide con la de su socio de federación, el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, quien ayer señaló a través de su cuenta de Twitter que el proceso soberanista se hará «dentro de la ley».
Los próximos días se presentan animados dentro de CiU. En parte porque pueden saltar chispas entre los sectores más moderados, encabezados por Duran, y los más soberanistas de Convergència, que llevan tiempo pidiendo a Mas que se salte pasos de la transición nacional, ya que temen que una coalición de Esquerra y Solidaritat pueda recoger buena parte del voto de la manifestación de la Diada.
EL CORREO, 2/10/12