EL MUNDO 09/02/13
«No hay normas ni leyes ni constituciones contra el derecho a decidir de los países»
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, dedicó todo el día de ayer a criticar la decisión del Gobierno central de pedir un informe al Consejo de Estado para recurrir ante el Tribunal Constitucional (TC) la declaración de soberanía de Cataluña que aprobó el Parlament hace dos semanas. En la línea que ha adoptado el nacionalismo catalán desde la manifestación independentista de la última Diada, Mas dijo que «no hay normas ni leyes ni constituciones contra el derecho a decidir de los países».
Se trata de restar legitimidad a la Constitución, que podría ser incompatible con la declaración aprobada por el Parlament porque ésta define a Cataluña como «sujeto político y jurídico soberano». Tanto CiU como ERC buscaban con ese texto dar el primer paso hacia la celebración de una consulta soberanista.
El president se refirió a la decisión del Gobierno desde Gerona. Nada más conocerla, Mas afirmó que «los países tienen derecho a decidir su máxima autonomía, su máximo autogobierno y su futuro colectivo».
Añadió que «todo el mundo debería proteger» ese derecho. Por la noche, en un encuentro económico en S’Agaró (Gerona), el presidente de la Generalitat desveló algunas claves de la estrategia que piensa seguir para llevar adelante su plan. Una de ellas es lo que llamó en su momento «internacionalización del conflicto». «Si hablamos de derecho a decidir, los europeos no tienen argumentos para estar en contra», dijo ayer.
En cualquier caso, el mensaje principal que Mas quería transmitir estaba dirigido a los empresarios que le escuchaban. La mayoría de la clase empresarial se ha mostrado hasta ahora escéptica -cuando no beligerante- con su proyecto y ayer el presidente catalán quiso responder. Les pidió que, en vez de reclamarle a él que dialogue con el Gobierno español, vayan a Madrid y exijan lo mismo con respecto a la Generalitat.
«Es importante que vayáis a Madrid y expliquéis allí lo mismo que decís aquí», les conminó. Y añadió, tras subrayar la importancia de que los catalanes se unan en torno a la consulta: «El diálogo tiene que ser una actitud de las dos partes. Si sólo está en una parte, no hay diálogo ni consenso posibles».
Además, el president desdeñó la petición empresarial de que olvide sus aspiraciones independentistas y recupere el pacto fiscal. «Está superado, se ha pasado por encima de este punto», afirmó.
EL MUNDO 09/02/13