ABC 31/12/12
Dice en su discurso de Nochevieja que los catalanes podrán «ganar o perder», pero «quien no lucha, ya ha perdido».
El presidente catalán, Artur Mas, quiere que Cataluña «pueda ejercer su plena libertad y en la que toda la ciudadanía pueda decidir libremente y en paz nuestro futuro como nación». Este es uno de los deseos expresados anoche en su discurso institucional de Nochevieja, emitido por la televisión catalana desde el Palau de la Generalitat.
El líder de CiU añadió que «una mayoría de catalanes y catalanas quiere construir un país nuevo, arraigado a la tierra milenaria, pero mirando hacia arriba». Según el líder de CiU, «el gran sentido de un país nuevo es garantizar el máximo bienestar cívico, espiritual y material de sus ciudadanos», por lo que precisó que «no hay proyecto nacional sin proyecto social y no hay proyecto social sin proyecto nacional. Bienestar y justicia al lado de las libertades nacionales. Ésta ha sido, es y será la lucha de tantas y tantas generaciones de catalanes y catalanas por el futuro de este país».
Mas afirmó, en alusión a la ruta separatista marcada junto a ERC y que debe culminar en 2014 con un referéndum sobre el Estado propio, que «afrontamos ahora páginas trascendentes de nuestra historia y lo hacemos con el convencimiento que nos llevará a vivir en un país mejor y que es nuestro deber y nuestra responsabilidad dejar a las futuras generaciones un país del que se puedan sentir muy orgullosos».
Sin embargo, es consciente de que «todavía hay muchas incertidumbres, muchos interrogantes, muchos problemas que se acumulan sobre nuestras mesas», pero «sobre todo procuremos que la exigencia, la gravedad y la dureza de los tiempos actuales no estropeen ni entierren nuestra esperanza».
«La gravedad del momento»
En este sentido, indicó: «Podrá decirse que muchos de estos deseos y buenos propósitos para nuestra país están lejos de la realidad que vivimos y lejos también del horizonte de los próximos tiempos. No puedo negar, porque siempre he procurado no esconder la verdad y hacer frente a las dificultades de cara, que la gravedad del momento es muy grande y preocupante; en algunos aspectos, incluso angustiosa».
Sin embargo «también sé que las dificultades no se vencen con resignación, sino con espíritu de superación; que los obstáculos no se salvan con falta de ganas, sino con empuje y determinación; y que los retos no se superan con indiferencia, sino con compromiso y también con pasión». Al respecto, el dirigente nacionalista recuerda que «quien está dispuesto a luchar, puede salir adelante o no, puede ganar o puede perder. Pero quien no lucha, ya ha perdido».
«Nuestro destino»
Mas recuerda en su discurso las últimas elecciones catalanas «en las que siete de cada diez personas en edad de votar fueron a las urnas. Nunca, desde 1980, había habido una participación tan alta en unas eleciones al Parlamento de Cataluña. Es un signo claro de vitalidad y de compromiso, y de madurez democrática. Es una manera de decir que cada uno de nosotros es una parte pequeña, pero muy importante, del mosaico de nuestro país». «Es una manera de decir —añade— que queremos ser protagonistas de nuestro destino, como pueblo y como sociedad, y que cada uno de nosotros es un esbalón de una cadena que tiene todo el sentido si estamos todos».
Mas deseó «una Cataluña próspera, capaz de generar riqueza, bienestar y trabajo; una Cataluña capaz de reforzar la cohesión de su sociedad, procurando evitar heridas que después provoquen enfermedades más graves; una Cataluña capaz de garantizar la igualdad de oportunidades real para sus ciudadanos, y sobre todo capaz de ocuparse de las personas más débiles y más expuestas a las inclemencias económicas y sociales de los tiempos en que vivimos». Mas citó al poeta Salvador Espriu, de cuyo nacimiento se celebra en 2013 su centenario, y abogó por «una Cataluña limpia y noble, culta, rica, libre, despierta y feliz, a imagen y semejanza de otros países que el poeta observaba más allá del norte».
ABC 31/12/12