EL CORREO 03/06/14
· El presidente de la Generalitat reclama al futuro Felipe VI que respete la voluntad del pueblo catalán
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, lanzó un mensaje firme al próximo Rey de España, al que dejó claro que uno de los principales problemas que tendrá que resolver en cuanto sea coronado será la cuestión catalana porque los partidos que impulsan la consulta soberanista no piensan dar marcha atrás en su intención de celebrar un referéndum sobre la independencia. «Habrá un cambio de Rey, pero no habrá cambios en el proceso que nos debe llevar a votar el 9 de noviembre», afirmó en un discurso institucional pronunciado en el Palau de la Generalitat.
Mas optó por el discurso menos conciliador, el más contundente, el mismo que mantuvo hace una semana en la noche electoral. Desde entonces, CiU sostiene que el proceso soberanista salió reforzado de las urnas para las europeas y que mantendrá el pulso hasta el 9 de noviembre. CiU siente la presión de Esquerra, partido que proclamó la República catalana desde el balcón del Palau de la Generalitat y que se impuso hace una semana por primera vez en desde la Transición en unos comicios en Cataluña y que aprieta a Mas con el aviso de que declarará la independencia en 2016.
El presidente catalán, que mostró «respeto» por una decisión del monarca que entra dentro de la «lógica normalidad», evitó valorar la trayectoria de Juan Carlos I, que, a su juicio, ha tenido «activos y pasivos». El presidente catalán insinuó que entre las razones de su abdicación podría haber otras razones más allá del relevo generacional, como sería la cuestión catalana. «Es cierto que en este momento, en el conjunto del Estado español hay toda una serie de circunstancias especiales, o incluso podríamos decir excepcionales, que aconsejan también este punto de prudencia sobre todas las causas de esta decisión», dijo.
Y es que, no escapa que en Cataluña existe alguna esperanza de que con el cambio en el trono se abra un nuevo tiempo político en España, en el que bajo el reinado de Felipe VI puedan aparecer nuevos escenarios para el problema catalán, que podría desencallarse a través de una reforma de la Constitución.
Relaciones «descarriladas»
Las fuerzas catalanas se preguntan, por tanto, qué papel puede jugar en la crisis territorial el futuro jefe de Estado, quien en los últimos tiempos ha intensificado sus visitas a la comunidad catalana para conocer de cerca el problema. «Hubo años en que parecía que la Monarquía podía ayudar a encontrar una buena manera de convivir entre Cataluña y el resto de España, y resulta que no», dijo Jordi Pujol. El expresidentes de la Generalitat se preguntó si Felipe de Borbón estaría dispuesto a admitir que las relaciones han «descarrilado» y si retomaría la política que se intentó años atrás.
Esquerra Republicana apoyó las palabras de Mas y afirmó que los catalanes votarán el próximo 9 de noviembre sobre su permanencia en España. La formación republicana se mostró además favorable a que «los ciudadanos españoles puedan decidir también si quieren Monarquía o República». «Votaremos para decidir nuestro futuro político y no estamos por terceras vías, nuestra vía es la vía catalana, la de la consulta del 9-N», remató Esquerra.
En el procedimiento para la aprobación de la ley orgánica que se iniciará en las Cortes a raíz de la abdicación, Esquerra anticipó que sus tres diputados y una senadora votarán en contra. CiU, de momento, no ha decidido su voto. Convergencia y Unió volverán a chocar también en este asunto.