EL MUNDO 28/05/14
· Impulsa un censo exterior para advertir a Rajoy de que no hay marcha atrás con el 9-N
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, está empeñado en demostrar al Gobierno español que la convocatoria de la consulta soberanista del 9 de noviembre no es ningún farol. Con ese objetivo, el Ejecutivo catalán sigue fortificando la estructura para celebrar el referéndum, a pesar de que es más que probable, según admiten los propios nacionalistas, que no llegue a celebrarse y acabe sustituido por unas elecciones autonómicas anticipadas.
En ese contexto cabe enmarcar el anuncio de ayer de la Generalitat acerca de la creación de un registro de catalanes residentes en el extranjero con la intención, mal disimulada, de que se convierta en una especie de censo para cuando se celebre la consulta.
Aunque el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, dijo que la iniciativa «no tiene una vinculación estricta con el 9 de noviembre», el propio Miquel Calçada, nombrado por el Ejecutivo catalán comisario de los actos del Tricentenario de 1714, decía poco después en una red social: «A todos los compatriotas que vivís fuera, el Govern acaba de aprobar el registro de catalanes de cara al 9 de noviembre de 2014».
A partir del próximo 3 de junio, los ciudadanos catalanes que lo deseen –se trata de un registro voluntario– podrán apuntarse para que el Ejecutivo catalán los incluya en su base de datos.
Formalmente, el registro servirá para «procurar el conocimiento de las demandas y necesidades de los catalanes residentes en el exterior», pero también para «facilitar a estos ciudadanos el ejercicio de sus derechos cuando la Generalitat articule políticas públicas que afecten o sean de interés de este colectivo». Es un enunciado tan ambiguo que perfectamente podría albergar la creación de un censo.
Homs explicó que esta iniciativa estaba prevista desde el año 1996 y culpó al Gobierno español del retraso. «Va a servir para desarrollar lo que dice el Estatuto. No se ha hecho antes porque pretendíamos establecerlo de acuerdo con el Ministerio de Exteriores, pero no ha sido posible», dijo.
El portavoz de la Generalitat también dijo que podrán apuntarse al registro los «cerca de 200.000 catalanes» que el Govern estima que viven en el extranjero, si encajan en la «condición política» de catalán que se establece en el Estatuto.
Cumplen esta condición los ciudadanos con nacionalidad española que residen fuera del Estado, están dados de alta en registros de los servicios consulares españoles y tengan su último empadronamiento en alguna población de Cataluña, según ese texto.
También los descendentes de catalanes con nacionalidad española que nunca han residido en el Estado, pero que tienen como municipio de adscripción cualquier población catalana, podrán inscribirse en el registro voluntario.
El Ejecutivo catalán ha tenido problemas anteriormente en su afán por hacer recuentos de cuántos ciudadanos apoyan el proceso soberanista. Le ocurrió, por ejemplo, cuando quiso crear un «fichero de adhesiones a propuestas impulsadas por la Generalitat». Tuvo que retirarlo al poco tiempo tras las críticas de la oposición, para «cambiarlo de arriba a abajo», porque, según el portavoz gubernamental, «generaba dudas», empezando por un «título que seguramente era equívoco».
Homs también valoró ayer los resultados de las elecciones europeas en Cataluña y lo hizo en la misma línea que el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, siguió el lunes; es decir, sin un ápice de autocrítica.
A pesar de la victoria de ERC y de la continua pérdida de peso electoral de la federación nacionalista, el portavoz del Govern dijo ayer que el Ejecutivo y Mas salen «reforzados» de las elecciones.
«Pedimos al Gobierno que lea atentamente los resultados y no de manera frívola como ha hecho en las últimas horas», dijo en alusión a las palabras del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, en cuanto a que el resultado del domingo no supone un espaldarazo para el independentismo. «No hay nada peor que vivir engañado», añadió Homs en relación a ese asunto.