La vieja guardia del PDeCAT que lidera Artur Mas ha dado un paso al frente y ha decidido tomar el control de la televisión pública catalana cambiando a su pieza fundamental, el director, tras las informaciones que la cadena ha emitido sobre el caso Palau y el 3% en los últimos días. El valenciano Vicent Sanchis, una figura afín a los postulados convergentes y cercano al pujolismo, se convierte en el máximo referente de la televisión autonómica en sustitución de Jaume Peral, periodista y hombre de la casa que sólo ha durado un año en el cargo. Una maniobra que ha provocado la crítica unánime de los partidos de la oposición –incluida la CUP– y el silencio de Esquerra Republicana, que controla el área de informativos de la cadena.
La polémica por el relevo sorpresa del director de TV3 llega después de una semana informativamente intensa para la antigua Convergència. Una suerte de tormenta perfecta con las confesiones de Fèlix Millet y Jordi Montull en el caso Palau detallando pagos de comisiones a CDC y las últimas noticias sobre el caso3% en los primeros titulares de los informativos de la cadena, que ofrecieron sin ambages las revelaciones que se iban sucediendo sobre eljuicio del Palau de la Música y el presunto cobro de comisiones por parte de Convergència.
El hartazgo del PDeCAT se hizo evidente el pasado viernes en la sesión de control mensual a la que deben someterse los responsables de los medios públicos en el Parlament. Allí estaban el ya ex director de TV3, Jaume Peral, junto a Saül Gordillo, máximo responsable de Catalunya Ràdio. El momento más tenso de la jornada llegó cuando el diputado convergente Jordi Cuminal se quejó amargamente de que TV3 se hiciera eco de las revelaciones de EL MUNDO sobre el 3% y la posible implicación de Artur Mas en la trama.
El asunto se remonta al 25 de febrero, día en el que los informativos de la cadena abrieron con la noticia que publicaba este diario –sin citarlo– sobre un contratista que implicaba por primera vez a Artur Mas en el cobro de comisiones. «¿Por qué no se cita la fuente? ¿Porque el diario EL MUNDO tiene querellas por injurias, demandas por mentir y se ha demostrado que es un periódico que publica mentiras?», reprochó Cuminal al director de TV3, Jaume Peral.
«Nunca en la vida abriríamos un informativo sin tener contrastada una información», aseguró Peral defendiendo la profesionalidad de su equipo y la relevancia periodística de las informaciones. «Seguramente no citamos EL MUNDO porque trabajábamos con documentos diferentes y tuvimos acceso a documentos diferentes», se defendió el máximo responsable de TV3.
Para entender la polémica hay que tener en cuenta otro factor determinante: Jaume Peral fue aupado el año pasado por la propia Convergència, con potestad para designar al director de TV3 y al jefe de informativos de Catalunya Ràdio. En un difícil y cuestionado juego de equilibrios, a Esquerra le tocó la elección del máximo responsable de informativos de la televisión –David Bassa, un confeso independentista– y de Saül Gordillo, director de la emisora radiofónica. Un reparto de poderes que se produjo coincidiendo con la llegada de Carles Puigdemont y Junts pel Sí a la Generalitat y ante una legislatura clave para el proceso soberanista.
También fue definitoria la reprimenda de Cuminal en el Parlament al tratarse de una persona muy cercana al entorno de Artur Mas: fue el secretario de Comunicación de la Generalitat en la anterior legislatura de CiU y siempre se ha caracterizado por defender la influencia y la estructura de TV3 y Catalunya Ràdio, dos «estructuras de Estado» más para el círculo convergente.
La anterior polémica entre el Govern y la cadena, y de no menos calado, se produjo a principios de este año, cuando TV3 preparó un programa al estilo del Tengo una pregunta para usted a Carles Puigdemont. El espacio contó con la participación de 12 ciudadanos, que preguntaron en directo al president por asuntos como el paro y los recortes, dejando el proceso independentista en un evidente segundo plano. El perfil de los entrevistadores –muy activos socialmente e incluso vinculados a otros partidos– y el tono a reprimenda que adquirió el programa enfadaron al PDeCAT, que pidió cambios a la dirección de la cadena.
El resultado ha sido el relevo de Jaume Peral por Vicent Sanchis, un hombre afín a la antigua Convergència, director del diario Avui durante más de 10 años y vicepresidente de Òmnium Cultural, entidad de referencia para el soberanismo junto a la Asamblea Nacional Catalana (ANC).
Esta designación expréstambién ha evidenciado las tensiones internas existentes entre ERC y los neoconvergentes. David Bassa, hombre de los republicanos en TV3, es el máximo responsable de la sección de informativos de la cadena, un área estratégica y clave en las decisiones que se toman en el día a día.
El silencio de los dirigentes de Esquerra al respecto contrasta con las críticas unánimes de la oposición, los sindicatos y los profesionales de la propia televisión pública. «Los dirigentes de la antigua Convergència han forzado el cambio de director de TV3 y lo han hecho de forma abrupta y bajo un estado de irritación indisimulado. No les ha gustado cómo los informativos están haciendo el seguimiento del caso Palau y del caso 3%», señaló ayer CCOO en un duro comunicado, en línea con las quejas del comité de empresa de la televisión pública. «Mina la credibilidad del medio», aseguraron los trabajadores sobre la designación de su nuevo director. Un argumento compartido ayer por la CUP, socio del Govern, que cargó contra el proceso de elección a dedo de Convergència.
Los demás partidos también criticaron su perfil profesional, mucho más político que periodístico. «Sanchis no reúne las mínimas condiciones profesionales ni de consenso para un tarea de esta naturaleza», cargó el diputado de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela.
«Cumple con los requisitos del Govern para ostentar el cargo: es independentista y anti Ciudadanos», resumió el secretario de comunicación de Ciudadanos, Fernando de Páramo. «Debería aparcar su legítima y pública ideología separatista», señalaron en el PP.