EL CORREO 19/11/12
BARCELONA. El candidato de CiU a la reelección, Artur Mas, volvió ayer a enfundarse el papel de víctima, tras los últimos informes que le relacionan con un presunto caso de corrupción. El dirigente nacionalista aseguró en un mitin en Barcelona su deseo de ser el último president catalán al que el Estado español intente «destruir» desde sus «cloacas», ya que, advirtió, confía en ser el «último» inquilino de la Generalitat que «dependa de España».
«Espero que yo sea el último presidente de Cataluña al que el Estado español, de forma sucia, lo intente destruir, porque el próximo ya no dependerá del Estado español y ya no lo podrán destruir», subrayó ante 3.000 simpatizantes. Mas reiteró que no se quiere «eternizar» en el cargo y que, como ya dijo en anteriores ocasiones, «muy probablemente será presidente para los próximos cuatro años para lograr los objetivos del país que luego seguirán construyendo otros».
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tardó poco en responderle. En su tercera visita a Cataluña en la campaña, el líder del PP utilizó su tono más sereno e institucional, a diferencia de sus dos anteriores participaciones en Lleida y Tarragona. Apeló al voto útil con un discurso muy centrado en el votante moderado, europeísta, que no quiere aventuras, que lo único que pretende es que haya políticos responsables que saquen al país de la crisis y que «no generen más problemas y división».
EL CORREO 19/11/12