EL CORREO 03/09/13
Convergència moviliza a su plana mayor para la cadena humana de la Diada, mientras que Unió y el PSC no acudirán de manera oficial
Hace un año el presidente del Govern catalán convocó a sus consejeros y directores generales para espolearles a participar en «una misión histórica». «Sois los generales de un ejército que es la Generalitat y que tiene una gran misión», les dijo. La escena se repitió ayer. A la vuelta de las vacaciones, Artur Mas volvió a reunirles y les pidió la máxima complicidad en el curso político que arranca y que estará marcado por la celebración, previsiblemente el año que viene, de una consulta sobre la autodeterminación.
En una cita a puerta cerrada en el Palau de la Generalitat, rodeada de secretismo y vedada a la prensa, Mas trasladó a unos 250 altos cargos de su Gobierno que el referéndum «no tiene marcha atrás». «El proceso soberanista está en marcha y no se detendrá», les aseguró. Un mensaje de tranquilidad a los suyos, ante un año cargado de retos y dificultades, con la salida de la crisis y del atolladero soberanista como puntos centrales
Según Mas, la transición hacia el Estado propio va «en serio» y aunque algunos vaticinen que se «desinflará», su compromiso es no renunciar. «Estamos en un punto de no retorno», afirmó. «Habrá turbulencias, pero saldremos de ésta», les arengó. Mas instó a su equipo a vencer las dificultades y recordó que la legislatura debe durar hasta 2016, por lo que hay tiempo para salir de la crisis.
La etapa más importante
Horas antes, Mas se reunió con la cúpula de Convergència Democrática, el partido que lidera y que cerró filas en torno al presidente del Govern. «Se acerca la etapa más importante de la historia reciente de Cataluña», afirmaron desde Convergència. «2014 debe ser el año de la consulta, el año en que el pueblo debe poder decidir sobre su futuro», añadieron.
La primera estación del proceso hacia la consulta tendrá lugar el día 11 con la Diada y la cadena humana que las plataformas soberanistas han organizado para reclamar la independencia. La dirección de Convergència apoyó ayer sin fisuras la Vía catalana y anunció la participación «masiva» de dirigentes, cuadros y militantes. Todo lo contrario que sus socios de Unió. La formación democristiana, enfrentada con CDC y ERC por su tibieza en la defensa del Estado propio, anunció que no asistirá a la cadena como partido, aunque dio libertad a sus cargos para poder acudir y algunos lo harán a título personal, aunque no aclararon quiénes.
Eso sí, reivindicarán el derecho a decidir y no la independencia, que es el lema de la convocatoria. «No habrá una consigna de partido. La gente es libre», destacaron desde Unió. Lo que sigue siendo una incógnita es si acudirá el líder del partido, Josep Antoni Duran Lleida. El año pasado participó en la gran manifestación y fue recibido con una sonora pitada.
Las siglas del PSC tampoco estarán presentes de manera oficial el 11S. La ejecutiva socialista hizo público que no apoyará la Vía catalana porque tiene un claro objetivo independentista. El PSC trató de cerrar la crisis interna en el partido oficializando su rechazo a la cadena, pero al mismo tiempo dando libertad de asistencia a los dirigentes, sobre todo los del sector crítico más catalanista.
«La España subsidiada vive a costa de la Cataluña productiva»
La publicación de un cartel en la cuenta de Facebook de CiU, mediante el que la federación nacionalista denuncia que «La España subsidiada vive a costa de la Cataluña productiva», encendió ayer la Red y provocó una nueva polémica en la escena política catalana. A pesar del revuelo y de las acusaciones de hispanofobia o xenofobia, CiU no vio motivo para rectificar. «Es una descripción de la realidad que hay», dijeron desde la formación. «Debemos explicar la situación a los catalanes porque generamos suficientes recursos para poder vivir bien», remataron.