ABC 31/10/14
· Piden a los catalanes que salgan a la calle con su papeleta aunque sea ilegal
Artur Mas no se da por aludido y mantiene la cita del 9 de noviembre. «Todo, menos sorprendido», dijo estar tras conocer que el Consejo de Estado avaló por unanimidad la impugnación del simulacro de consulta, paso previo a que el Gobierno la recurra ante el Tribunal Constitucional (TC). Por su parte, los partidos secesionistas se conjuraron para salir a la calle el 9-N con la papeleta en la mano aunque se prohíba la votación. Convergència, ERC, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y CUP hicieron un llamamiento a la desobediencia, mientras que ICV, tras renegar de la farsa de la consulta, ahora se suma a la insumisión.
«¿Verdad que la gente puede ver dónde tiene que votar?. Pues eso, todo está a punto y todo sigue adelante», dijo el presidente catalán. En efecto, en las calles lucen ya banderolas con publicidad institucional sobre el 9-N. Asimismo, la web de la Generalitat se mantiene activa y en apenas cuatro horas, más de 201.501 personas consultaron dónde podrán votar. El Ejecutivo autonómico informó de que se instalarán 6.695 mesas en 1.317 locales repartidos por toda Cataluña. La cifra más alta corresponde a Barcelona, donde el Ayuntamiento –gobernado por Xavier Trias (CDC)– se ha volcado en el dispositivo y de los 89 puntos de votación previstos inicialmente, se ha pasado a 452.
Recogida de firmas
El objetivo de los partidos soberanistas es que, tanto si se suspende el «proceso de participación» como si no, los catalanes salgan a la calle con la papeleta a modo de movilización callejera, lo que podría incluir una recogida de firmas para expresar el rechazo a la prohibición. Esta iniciativa fue propuesta por ICV al resto de las formaciones que apoyan la consulta semanas atrás y, a la espera de que se confirme la suspensión, no se descarta una nueva cumbre presidida por Mas en la que dé luz verde al envío de esas firmas a las instituciones internacionales.
Son precisamente los ecosocialistas quienes han protagonizado un viraje en sus posiciones respecto al 9-N. Su coordinador, Joan Herrera, muy crítico con la pseudoconsulta, aseguró días atrás que no acudiría a votar por falta de garantías democráticas. Pero ahora dice que irá y firmará esa denuncia contra el Estado. Por su parte, el presidente de CiU en el Parlamento catalán, Jordi Turull, insistió en que «todo sigue adelante, el 9-N todos acudiremos a los institutos con la papeleta en la mano». Vaticinó que el Gobierno «intentará impugnar el pensamiento, dictará una orden de alejamiento de los institutos o nos dirán que no salgamos de casa».
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ratificó su apuesta por la desobediencia. «Digan lo que digan el Consejo de Estado y el TC hay que ir a votar el 9-N». El republicano confía en que la Generalitat y los demás partidos «estén a la altura» y no renuncien a que los catalanes puedan votar.
En la misma línea, la presidenta de ANC, Carme Forcadell, proclamó: «Pase lo que pase todo el mundo a votar a las 9 de la mañana, vayamos todos a hacer cola; tenemos que ser un ejemplo de voluntad democrática de cara a la opinión internacional».