EL MUNDO 17/09/14
· En un documento aprobado el lunes se contemplan «cambios en la Lomce para introducir la enseñanza de la religión islámica»
· El objetivo es ganarse a los casi 300.000 marroquíes de Cataluña para la causa independentista
La Generalitat aprobó el lunes el Plan Marruecos 2014-17 que prevé reforzar la relación de Cataluña con ese país y dar satisfacción a algunas de las aspiraciones de los más de 270.000 marroquíes que residen en esa comunidad –algo más del 3% de su población–, a los que hay que añadir varias decenas de miles de inmigrantes originarios de Marruecos que obtuvieron la nacionalidad española. Entre otras medidas ofrece a Rabat tutelar el islam en Cataluña y a los inmigrantes introducir el árabe y el tamazig –la lengua del Rif– en horario lectivo.
La ley de consultas que se dispone a aprobar el Parlament catalán prevé que la mayoría de inmigrantes pueda votar. El plan adoptado anteayer trata de atraer a los marroquíes a las urnas y de apaciguar la hostilidad de Marruecos ante el proyecto independentista por temor a que la autodeterminación se contagie al Sáhara Occidental, según fuentes diplomáticas y destacados miembros de la comunidad marroquí en Barcelona.
Lejos quedan los tiempos, hace ya una década, en los que Marta Ferrusola, esposa del entonces presidente Jordi Pujol, arremetía contra los inmigrantes musulmanes mientras que Josep Antoni Duran Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, pedía que no se concediese el derecho al voto en las municipales a los marroquíes residentes en España.
El portavoz del Govern, Francesc Homs, explicó tras el Consejo Ejecutivo del lunes que el plan establecía «cinco grandes ámbitos de cooperación» con Marruecos y sus inmigrantes, pero no dio detalles ni lo repartió. Fue elaborado con la colaboración de varios departamentos de la Generalitat, como la Consejería de Enseñanza, la Dirección General de Inmigración y los Mossos d’Esquadra, así como colectivos marroquíes y la Fundación Nous Catalans. Vinculada a
Convergència Democràtica de Catalunya, esta asociación intenta atraer a los inmigrantes al independentismo.
El plan otorga un papel clave a Marruecos en la elaboración de los contenidos religiosos destinados a la mayoría de los musulmanes en Cataluña, así como en su difusión a través, probablemente, de la enseñanza en escuelas y mezquitas. En ningún lugar de Europa las autoridades marroquíes gozan de estas atribuciones, con las que siempre han soñado.
Dadas «las especificidades idiomáticas y culturales del colectivo marroquí, así como su importancia numérica» es «conveniente impulsar iniciativas diseñadas especialmente para esta comunidad», reza el documento aprobado. «En este sentido, la colaboración con el Gobierno de Marruecos puede redundar en una mejora en cuanto al diseño de los contenidos educativos que se dirijan específicamente a las entidades marroquíes, así como en una mayor eficacia a la hora de difundir estas propuestas de formación».
Las principales comunidades musulmanas de España han intentado estos años emanciparse de la tutela religiosa de Marruecos, pero la Generalitat propone ahora que en Cataluña suceda lo contrario. La Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, que estuvo por ejemplo en manos de una dirección promarroquí, está ahora encabezada por un presidente de origen marroquí, Mounir Benjelloun, al que el Ministerio de Justicia español considera afín al movimiento islamista Justicia y Caridad, opuesto a la monarquía alauí. En Ceuta y, más recientemente, en Melilla, se han producido cambios similares reprobados discretamente por Rabat.
Pese a que hay casi 24.000 alumnos marroquíes escolarizados en Cataluña, ningún centro público ofrece, por ahora, clases de religión islámica. La Generalitat propone una comisión mixta [catalano-marroquí] para promover «cambios en la Lomce» e «introducir la enseñanza de la religión islámica». Comunidades tan dispares como Andalucía, Cantabria o el País Vasco llevan años impartiendo clases de islam sin haber tenido que crear ningún órgano conjunto con Marruecos.
El árabe y también el tamazig (la lengua hablada en el Rif y en el Atlas) ya se enseñan en algunos centros escolares en Cataluña, pero en horario extraescolar. El plan abre la vía a que, con la colaboración de la Consejería de Educación y de la Casa Amaziga de Barcelona, los centros que lo deseen puedan «incluirlos en el horario lectivo de forma continua». El objetivo es «preservar la lengua de la familia» inmigrante.
A lo largo de sus 24 páginas del plan, la Generalitat ofrece también «potenciar el papel de los colectivos de inmigrantes» y «hacer llegar propuestas de mejora de la Administración General del Estado» a la hora de tramitar los permisos de residencia y trabajo que son competencia del Gobierno central. De cara a Marruecos propone impulsar los intercambios «con vistas a futuras relaciones de cooperación en el marco de la seguridad ciudadana».
Marruecos no se ha pronunciado públicamente sobre el proceso soberanista, pero las asociaciones de inmigrantes afines al Consulado de Marruecos en Barcelona se han mantenido al margen y, a veces, han mostrado sus reticencias. El que fue durante años el brazo derecho del cónsul, Noureddine Ziani, presidente de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña, fue expulsado de España hace 16 meses a instancias del Centro Nacional de Inteligencia. Rabat no rechistó porque desaprobaba su evolución.
Ziani se había incorporado con su asociación a la Fundación Nous Catalans, que dirige Ángel Colom, y juntos recorrieron, en la campaña autonómica de 2012, numerosas mezquitas. Explicaban a sus «fieles» que «un Estado catalán puede proporcionar mayor bienestar al inmigrante», según reconoció entonces Colom.