Florencio Domínguez, EL CORREO, 23/8/11
Unos le atribuyen la frase a José Fouché y otros a Talleyrand. En cualquier caso, parece que fue pronunciada después de que Napoleón hiciera fusilar en 1804 al Duque de Enghien ante la sospecha de que participaba en conspiraciones para restablecer la monarquía en Francia. “Fue peor que un crimen, fue un error”, dicen unos que afirmó el incombustible ministro de la Policía, Fouché, y otros que lo hizo el ministro de Asuntos Exteriores, Charles Maurice de Talleyrand.
La pasada semana, el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano, utilizó una versión libre de la frase para referirse al atentado de Hipercor, ni siquiera al resto de los asesinatos de ETA en Cataluña, indicando que era «más que un error». Tal vez Garitano le estaba corrigiendo la plana a ETA, porque la banda, en un comunicado difundido el 22 junio 1987, afirmó que el atentado de Hipercor había sido un «grave error», pero pretender llevarle la contraria al grupo terrorista con veinticuatro años de retraso no parece un gran paso adelante. Encima ni siquiera llegó a completar la frase: si era más que un error, ¿qué era entonces? ¿Un crimen? Pero el orador no fue tan lejos porque su propósito sólo era de congraciarse con el nacionalismo radical catalán.
Las actuaciones y manifestaciones de Garitano desde que tomó posesión vienen provocando indignación en casi todos los sectores políticos excepto, precisamente, los de la izquierda abertzale. Hay quien cree que el comportamiento del diputado general tiene que estar causando malestar en el seno de Bildu, pero no hay nada objetivo que respalde estas convicciones y mucho menos que en las filas de la antigua Batasuna haya opiniones contrarias a las que sostiene el más alto representante institucional de la coalición.
Puestos a creer cosas, es más lógico pensar que Garitano es la voz que en el seno de Bildu más se ajusta a la ortodoxia de la izquierda abertzale, a lo que representan los líderes de Batasuna que están callados mientras esperan que el Tribunal Constitucional resuelva de una vez sobre la legalización de Sortu. El diputado general no es la voz discordante que está saboteando con sus actuaciones el proyecto de refundación de Batasuna, sino su más cualificado portavoz oficioso.
Si Garitano fuera un verso suelto ya había sido llamado al orden en privado o en público. Si sus tomas de posición perjudicarán a la izquierda abertzale, ya se hubiera encargado ésta de poner los puntos sobre las íes como hizo el pasado mes de abril con Bildu cuando la coalición hizo una declaración descafeinada sobre los disparos efectuados por miembros de ETA contra unos gendarmes y la antigua Batasuna le corrigió la plana con unas manifestaciones de rechazo mucho más contundentes. En este caso, hay que aplicar aquello de que quien calla, otorga.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 23/8/11