EL MUNDO 21/12/13
· El Consell de Transició propone que Barça y Espanyol siganjugando en la Liga por razones ‘económicas y de afectividad’
Romper para unir. El proyecto independentista del Gobierno de Artur Mas podría ser de los primeros que consigue separarse de un Estado para intentar volver a unirlo a una escala más grande poco tiempo después. Así se desprende de un informe que el Consejo Asesor para la Transición Nacional (o Consell de Transició), el órgano consultivo que tiene el president catalán tras el inicio del proceso rupturista, entregó ayer al Govern.
Entre las propuestas está la creación de un Consejo Ibérico formado por los que serían, tras una hipotética independencia catalana, los cuatro estados de la Península: España, Portugal, Andorra y Cataluña. Los asesores lo justifican a partir de «intereses comunes en todos los terrenos», además de «buscar una cooperación» que permita «reforzar la capacidad de influencia dentro de la Unión Europea».
El informe de los asesores califica este Consejo Ibérico de «propuesta ambiciosa, pero por esta razón la más defendible por los objetivos de cooperación interterritorial que se pretenden». En este sentido lo equiparan al Nordic Council que forman Dinamarca, Noruega y Suecia para trabajar de forma coordinada en problemas que comparten. El documento también detalla que este Consejo Ibérico, según datos de 2012, «reuniría una población de más de 57 millones de habitantes y acumularía un PIB superior a los 1.196.000 millones de euros».
Los asesores también detallan la estructura y el funcionamiento de este futuro organismo con un Consejo de Parlamentarios, formado por representantes de cada parlamento, cuyos acuerdos serían recomendaciones que «para tener efecto deberían ser asumidos posteriormente» por cada estado.
También piensan en un Consejo de Ministros, formado por presidentes o primeros ministros, aunque «en las sesiones ordinarias participaría el ministro para la cooperación Ibérica de cara territorio». La presidencia de este organismo sería «rotatoria». Además, proyectan una secretaria general permanente.
Estos organismos deberían constituir comisiones con representación de cada territorio para consensuar políticas comunes energéticas, hidráulicas, en seguridad, cooperación cultural y deportiva, industriales, comerciales, agrícolas, infraestructuras, migratorias educativas y sociales. No se descarta contar con tener acuerdos con otros países «como observadores» para establecer «formas particulares de cooperación más allá de la Unión Europea». Citan como ejemplo a Marruecos.
El presidente del Consejo Asesor para la Transición Nacional, Carles Viver Pi-Sunyer, también propuso un consejo entre España y Cataluña, similar al Benelux, que permitiese la cooperación entre los dos estados. Viver explicó que «el proceso de transición nacional» hacia la independencia provocaría «unas relaciones más cercanas y constructivas que las actuales», ya que no debería ser «ni una ruptura ni un aislamiento de Cataluña respecto a España».
El informe establece que existen «muchos vínculos» entre catalanes y españoles en todos los ámbitos, como el económico, el afectivo o el cultural, por lo que el trato entre los estados se haría «con un principio de igualdad y respeto mutuo». Por eso, aconsejó a un eventual Gobierno independiente catalán que establezca convenios de colaboración y cree instituciones compartidas con España para generar cooperaciones en temas específicos como energía, recursos hidráulicos y medio ambiente. Igual que el Consejo Ibérico, este organismo entre Cataluña y España también tendría órganos de gobierno como una asamblea interparlamentaria, Consejo de Ministros o comisiones permanentes de trabajo.
El informe presentado también analiza qué pasaría con las selecciones catalanas y con las competiciones deportivas actuales. En este sentido, los asesores recuerdan que las decisiones corresponden a los clubes y a los organizadores de las competiciones, al tratarse de organismos privados, aunque admiten que decidirán por «intereses económicos y deportivos». Por eso, dicen que Barça y Espanyol «seguirían participando en la misma Liga de Fútbol Profesional», sin olvidar los «factores emocionales» y «simbólicos» que provocan las competiciones deportivas entre los ciudadanos.
Otro de los informes entregados ayer por este Consejo Asesor indica que una futura Hacienda en una Cataluña independiente recaudaría entre 70.000 y 100.000 millones de euros. Para calcular estas cantidades, los expertos que asesoran al Govern establecieron que el PIB catalán es de unos 200.000 millones de euros anuales, por lo que si se aplicase la tasa de presión fiscal actual media del Estado se recaudarían 70.000 millones anuales, incluyendo todos los conceptos tributarios, como las cotizaciones en la Seguridad Social.
Pese a esto, los asesores establecen que si se aplicase la tasa de presión fiscal media de la Unión Europea, se subirían los ingresos a unos 80.000 millones euros anuales, y si fuese la de los países europeos que más recaudan, como Francia o Suecia, se alcanzarían los 100.000 millones de euros anuales.
Carles Viver Pi-Sunyer también afirmó que esta Agencia Tributaria sería «una estructura que todos los estados deberían tener, sean federales o independientes», por lo que diseñó la fórmula de seguir cobrando tributos durante la transición hacia una hipotética independencia.