EL MUNDO 13/09/13
Exige que Rajoy facilite una consulta para comprobar dónde está la «mayoría social»
Convergència y ERC, los partidos que formalmente dieron apoyo a la cadena humana independentista de la Diada, sacaron ayer pecho por el éxito de la concentración. Y, como estaba previsto, demostraron que piensan usar a la multitud que salió a la calle para presionar al Gobierno español para que facilite la convocatoria de una consulta de autodeterminación.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, trató de volver los argumentos de Soraya Sáenz de Santamaría en contra del Gobierno español. Si la vicepresidenta había subrayado que durante la Diada hubo una «mayoría silenciosa» que no se manifestó, Mas pidió al Ejecutivo central que «deje puertas abiertas» a su voluntad de convocar un referéndum, preferentemente el año que viene, y que de esta manera podrá comprobarse de qué lado está la mayoría.
«El Gobierno español debe abrir vías para que el pueblo catalán pueda ser consultado», defendió Mas, que también recordó que la de anteayer fue la tercera gran demostración de cariz rupturista de los últimos años, tras la manifestación de 2010 contra el recorte del Estatut y la de la Diada del año pasado.
«Si piensa que lo que pasó en Cataluña no es la mayoría social del país, que lo averigüe con una consulta, que es lo que hice yo convocando elecciones», respondió Mas a Sáenz de Santamaría.
Pese a que el president prometió durante la última campaña electoral catalana que consultaría «sí o sí» a los ciudadanos sobre sus preferencias acerca de que Cataluña permanezca o no en España, Mas prefiere acordar con el Gobierno español los términos de la consulta. De hecho, en las últimas semanas ha mantenido conversaciones con el presidente español, Mariano Rajoy, para explorar las posibilidades en ese sentido. Ayer, el jefe del Ejecutivo catalán insistió por la misma vía, pidiendo que la Constitución no se convierta en un «callejón sin salida» para las aspiraciones de la Generalitat.
Pero el Ejecutivo catalán trató de rentabilizar la cadena humana desde primera hora de la mañana. El portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, se sorprendió de que el Gobierno español usara como argumento a la «mayoría silenciosa» que no se manifestó y respondió: «Eso es jugar con las percepciones de forma errónea, porque la mayoría de españoles no han votado al Gobierno español, y, si hacemos los números así, por esa regla de tres debería irse».
En cualquier caso, Homs admitió que la manifestación del miércoles también obliga al Gobierno catalán a ser más claro en sus reivindicaciones. Después de que, en los últimos días, el president Mas confundiera a los independentistas más impacientes elucubrando con la posibilidad de sustituir la consulta por unas elecciones plebiscitarias en 2016, el portavoz de la Generalitat afirmó en referencia a la urgencia que expresaron los participantes en la cadena humana: «A mí me gusta que la gente me apriete».
La Generalitat espera ahora algún gesto por parte de Rajoy. Por ejemplo, en la respuesta a la carta que Mas le envió pidiéndole abrir un diálogo para celebrar el referéndum, que la Generalitat aún no ha recibido.
Todavía más presión intentó trasladar el secretario de Organización de Convergència, Josep Rull: «Las declaraciones del Gobierno rayan el ridículo. La clave está en la democracia, las urnas no son el problema sino la solución».
Esquerra se pronunció en la misma línea. Oriol Junqueras, a quien muchos ven como el president en la sombra porque la hoja de ruta de Mas se parece mucho más a la de los republicanos que a la tradicional de CiU, sostuvo que la cadena humana fue «un nuevo aval ciudadano» al referéndum, que su partido «hará todo lo posible» porque se celebre en 2014.
«La responsabilidad de ERC es dar respuesta a esta exigencia democrática, y desde nuestro partido ayudaremos al Govern para que cumpla sus compromisos», afirmó. Y añadió sobre los que especulan con un malestar de su partido con Mas: «A algunos les gustaría una ruptura entre CiU y ERC, pero evidentemente ese gusto intentaremos no dárselo».
Para el PSC, el «éxito» de la cadena humana evidencia el problema de encaje de «primera magnitud» de Cataluña en España y espera, además de diálogo entre Mas y Rajoy, que el PSOE «atienda» la petición de una consulta antes incluso que la reforma federal.