EL CORREO, 08/11/12
El presidente catalán pide a Europa que no les «falle», pero acepta que el camino hacia la independencia es complicado.
BRUSELAS. Artur Mas viajó ayer a Bruselas para exponer su plan soberanista y pedir que Europa «no falle» a Cataluña y, llegado el caso, le ayude tanto en el proceso para la convocatoria de una consulta popular, como en el camino emprendido hacia un Estado propio dentro de la Unión. Lejos de llevarse a Barcelona un resultado positivo de su visita, el presidente de la Generalitat pudo constatar que su plan soberanista no cuenta con muchas simpatías en la capital europea.
En el acto principal del viaje, un almuerzo-coloquio organizado por el laboratorio de ideas ‘Friends of Europe’ en el que participaron unas 150 personas, Mas fue asediado con preguntas y comentarios bastante duros sobre la inviabilidad de una Cataluña independiente, la supuesta pregunta trampa que se propone hacer en el referéndum, o la inoportunidad de emprender en medio de una gran crisis económica un proyecto tan complicado. Además, fue tachado de incoherente e insolidario y se le recordó que a día de hoy cuenta con pocos (o ningún) aliados entre los estados europeos.
El baño de realismo que se dio Mas en Bruselas no hizo más que corroborar que el proceso no será ni mucho menos un camino de rosas, como lo pintan algunos independentistas. En lo que respecta al referéndum, en una rueda de prensa previa a su conferencia reiteró que se celebrará en los próximos cuatro años «sí o sí». Si no es posible mediante un acuerdo con el Gobierno central, Mas recurriría a la ley catalana que el Parlament debe aprobar en la próxima legislatura; y si no, buscando el amparo legal en la UE. En caso de que ninguna de las tres opciones fuera posible, se contempla una cuarta alternativa que consistiría en adelantar unas elecciones catalanas, darles el carácter plebiscitario y convocarlas en sustitución del referéndum.
En el coloquio posterior, el candidato convergente reconoció que podría verse obligado a replantearse el proceso si la UE determina que una Cataluña independiente tendría que quedarse fuera de la Unión y ponerse a la cola de los países aspirantes a entrar en el club. Mas ni se imagina que esta posibilidad llegue a darse, aunque remarcó que «si llegamos a la conclusión de que es absolutamente imposible estar en la UE, entonces repensaremos nuestra estrategia, pero incluso en ese caso la cuestión puede ser planteada porque más importante que tener nuestro propio Estado, es el derecho que tenemos a ser preguntados para decidir nuestro futuro».
EL CORREO, 08/11/12