EL MUNDO – 14/08/14
· El Govern recuerda a ERC que su pacto contempla un aplazamiento de la consulta.
Artur Mas reapareció ayer, pero dejó sin responder las dos preguntas más importantes que han surgido en los últimos días con respecto al proceso independentista catalán. ¿Podría aplazarse la consulta del 9 de noviembre si el Tribunal Constitucional (TC) la veta? ¿Llevará el Govern su desafío hasta el final y sacará las urnas a la calle pese a la prohibición? El presidente de la Generalitat se limitó a reiterar que «convocará» la consulta –lo que no equivale a que se celebre–, y a inhibirse en el debate sobre qué hacer cuando el TC intervenga, que dejó en manos de los partidos soberanistas.
Mas quiso de esta forma frenar el enfrentamiento entre CiU y sus socios –sobre todo el más importante, ERC– abierto después de que destacados miembros del Govern pusieran en duda en los últimos días la celebración de la consulta del 9-N. Primero fue el consejero de Territorio, Santi Vila, quien afirmó que la Generalitat no sacará las urnas a la calle para desobedecer al TC si, como todo indica, acaba anulando la convocatoria del referéndum. Pero el martes la vicepresidenta de Mas, Joana Ortega, fue más lejos y planteó incluso aplazar la consulta: «Si no es este 9 de noviembre, habrá otro».
El escenario elegido por Mas para pronunciarse no podía ser más simbólico. El president estaba ayer en Talamanca (Barcelona), donde las tropas austracistas, cuyo legado reivindican ahora los nacionalistas catalanes, obtuvieron su última batalla frente a las borbónicas en la Guerra de Sucesión, hace ahora 300 años. Por eso aprovechó para hacer algunas comparaciones entre esa batalla y la situación política actual, como cuando dijo que «si luchas, puedes perder o ganar, pero esta vez puede acabar bien»; o que «en momentos excepcionales de la historia el consenso es fundamental».
Sin embargo, no desmintió ni a Ortega ni a Vila. «En lo que depende de mí no hay plan A, plan B, ni plan C. Sólo hay uno, que es votar», afirmó. De hecho, dejó en el aire la respuesta al TC: Mas, en un acto en el que no hubo preguntas de los periodistas, dijo que la «consensuará» con los partidos que lo apoyan.
El presidente de la Generalitat dedicó el resto de su discurso a la retórica nacionalista relacionada con el tricentenario de 1714 y a tratar de restar importancia a las trifulcas entre CiU y sus socios de los últimos días. Afirmó que el mes de agosto es «proclive a declaraciones de todo tipo, y normalmente hay líos» y que «se crean polémicas que incluso son innecesarias, que son una especie de tormenta en un vaso de agua y que acaban en nada».
Sin embargo, CiU volvió a dejar claro ayer que su opción particular es no llevar adelante el desafío si el TC anula el decreto de convocatoria del referéndum, que Mas firmará en la segunda quincena de septiembre, en virtud de la Ley de Consultas que el Govern aprobará poco antes para tratar de esquivar unos días el recurso del Ejecutivo central.
En ese sentido se manifestó otro conseller de la Generalitat y dirigente de Unió, Josep Maria Pelegrí. El titular de Agricultura recordó, tras las críticas de Esquerra –el diputado en el Congreso Joan Tardà habló de «suicidio» del Govern–, que la opción de aplazar la consulta está contemplada en el pacto de legislatura que los republicanos suscribieron con CiU. También aseguró que la vicepresidenta Ortega no hablaba en nombre propio, y que Mas y todo el Ejecutivo catalán están de acuerdo con ella.
Tampoco desmintió a Ortega el nuevo hombre fuerte de Convergència, Josep Rull. El coordinador general del partido se limitó a afirmar que «la consulta seguirá viva» diga lo que diga el TC, y admitió que CiU podría plantearse un aplazamiento en un caso «muy excepcional» y con el acuerdo de ERC, ICV-EUiA y la CUP, los partidos que apoyan el plan de Mas y Oriol Junqueras.
En Esquerra, sin embargo, ya han dejado claro que su opción es la de sacar las urnas a la calle el 9-N para incrementar al máximo la presión sobre el Gobierno español. La dirección sigue desconfiando del giro de CiU y se mantiene en fase de observación. Al menos hasta la Diada.
Poca movilización para la Diada
> Llamamiento.
La Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, las dos entidades que organizan la manifestación en forma de ‘V’ a favor de la independencia para la próxima Diada, admitieron ayer que son insuficientes los 115.000 inscritos hasta el momento. «Esta Diada debe ser la movilización más impresionante para cambiar nuestra historia, y hacemos un llamamiento a todos los que salieron el año pasado y a los que quieren votar, porque sólo un éxito abrumador garantizará que el 9 de noviembre votaremos y ganaremos», reivindicó la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, en un mensaje con claros tintes populistas.
> Sin políticos.
Pese a su influencia en el proceso soberanista, ambas entidades reconocieron que no han reservado un espacio concreto en la marcha para los miembros del Govern ni tampoco han invitado al presidente Artur Mas a que asista. Aunque el año pasado por estas fechas los apuntados doblaban el número actual, la voluntad es formar una gran V de ‘voluntad’, de ‘votar’ y de ‘victoria’ en las dos principales arterias de la capital catalana. «El éxito del 11 de septiembre garantiza el éxito de la consulta», aseguran.
EL MUNDO – 14/08/14