EL MUNDO 04/04/13
«Por ahora no se nos ha dicho que sean incompatibles» ambas cosas.
Artur Mas hizo ayer un balance de los 100 primeros días de esta legislatura que sirvió para aclarar que piensa seguir viéndose con Mariano Rajoy para tratar de suavizar el objetivo de déficit para Cataluña y mejorar su financiación, pero que en ningún caso renuncia a continuar con los preparativos de la consulta soberanista, prevista para el año que viene.
Fue una comparecencia larga que Mas usó en defensa propia contra las críticas que se le acumulan en las últimas semanas, y en la que no escatimó en argumentos para tratar de justificar tanto sus recortes sociales como su gestión del plan soberanista tras las últimas elecciones. En este sentido, quiso dejar claro, para tranquilizar a sus socios de ERC, que el rumbo soberanista fijado a principio de la legislatura «no ha variado». Pero el presidente de la Generalitat parece quererlo todo, porque también dijo que, mientras prepara ese referéndum -del que se negó a concretar la pregunta-, seguirá negociando con Rajoy para sacar a Cataluña de la situación de «emergencia» económica en la que está. «No son incompatibles el diálogo institucional con el Gobierno español y la consulta. Otra cosa es que el Gobierno central lo hiciera incompatible, pero no se nos ha dicho nada de eso», dijo para comentar la reunión que mantuvo la semana pasada con el presidente Rajoy.
De momento, anunció que los encuentros que mantengan él y Rajoy a partir de ahora serán también discretos. Y que en el último, celebrado en la Moncloa, no hubo ningún acercamiento en cuanto a la consulta, aunque sí con respecto a una posible relajación del objetivo de déficit para 2013. «A mí me dijo que creen que esa consulta no debe hacerse, y yo respondí que la mayoría de catalanes cree que sí, y que hay vías para hacerla dentro de la legalidad», desveló Mas.
No parece que el presidente catalán tenga grandes esperanzas en poder organizar la consulta con el aval del Gobierno español, porque «las posiciones son absolutamente divergentes». Durante su comparecencia de ayer dio la impresión de que estos meses no son más que un paréntesis ineludible en el plan soberanista, para «que no se diga» que la Generalitat no lo ha intentado. En última instancia, tanto CiU como ERC contemplan pedir ayuda internacional para convocar un referéndum no amparado por el Ejecutivo de Rajoy.
En cuanto a las especulaciones acerca de que el Gobierno del PP estaría dispuesto a mejorar la financiación de Cataluña -acercándola mucho al concierto económico- a cambio de que se pospusiera la consulta, Mas respondió que ya es tarde y que, además, no tiene ninguna confianza en que el resto de comunidades, tanto las que gobierna el PP como las socialistas, aceptaran un acuerdo así. «Si el Gobierno español hace propuestas como alternativa a la consulta, no lo podremos aceptar», dijo Mas en cualquier caso.
EL MUNDO 04/04/13