EL MUNDO – 19/08/15
· 9.300 catalanes votaron en el exterior en las elecciones de 2012 sobre un censo foráneo de 150.000.
· El vicepresidente del Supremo alerta de un «divorcio traumático» en caso de independencia.
El Govern se ha propuesto arañar todos los votos posibles de cara al 27-S, consciente de que un aumento de la participación podría ser beneficioso para los intereses de la lista independentista pactada entre Convergència y ERC –y, por tanto, una menor participación podría ser perjudicial para los mismos–. Una tarea que pasa por llamar a la movilización del electorado catalán que vive en el extranjero, con plazo hasta finales de agosto para mandar su papeleta por correo. Un periodo que la Generalitat pide ampliar con la excusa de que coincide de lleno «con las vacaciones de muchos electores», según esgrimió ayer la Consejería de Gobernación a la Junta Electoral a través de una carta.
El Ejecutivo de Mas también defiende que muchas embajadas y consulados han reducido su personal y el horario de atención al público al coincidir de lleno con el verano, otro argumento para reclamar que los catalanes residentes en el extranjero tengan tiempo más allá del 29 de agosto para solicitar su voto por correo.
Sin embargo, este fin de semana pasado varios consulados y embajadas abrieron de forma excepcional ante la cercanía de los comicios autonómicos. Por ejemplo, la sede del Govern en Londres, la de Edimburgo o la de Viena han hecho horas extra para que los electores pudieran comprobar si están inscritos o no en alguno de los dos censos de extranjeros y presentar las reclamaciones pertinentes para poder solicitar su papeleta por carta.
Con esta reclamación para ampliar el plazo, el Govern no persigue otra cosa que aumentar la cifra de participación en el exterior, irrisoria en los comicios de 2012. Entonces, sólo 9.300 catalanes residentes en el extranjero votaron frente a un censo total de hasta 5,5 millones de electores. Un porcentaje muy bajo que sirve de escudo al Gobierno de Mas para denunciar las supuestas trabas del Ejecutivo central en embajadas y consulados. Incluso la propia Generalitat mandó una carta al ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, y a Correos con el objetivo de reclamar que los trámites para votar desde el exterior el próximo 27 de septiembre funcionen de forma «impecable» ante los «múltiples impedimentos» de hace tres años.
De hecho, ayer mismo, el diputado de CDC en el Congreso Jordi Xuclà mostró sus dudas sobre el compromiso del ministro de Exteriores para garantizar la participación exterior de cara al 27-S. «Tenemos nuestras reservas por la experiencia», subrayó Xuclà, quien explicó que se ha abierto un canal de comunicación con el Ministerio sobre las posibles «eventualidades y quejas que puedan surgir».
Sobre el proceso soberanista que se vive en Cataluña el vicepresidente del Tribunal Supremo (TS), Ángel Juanes, destacó ayer que se trata de «un drama» y añadió que la vía prevista por el Govern tiene «un déficit democrático enorme». «Pasamos por el momento de la historia más comprometido y más difícil en el que nos jugamos mucho como ciudadanos, porque al final de este problema el que va a perder es el ciudadano con mayúsculas», destacó Juanes en la Cadena Ser, y añadió que «no se puede decidir sobre el futuro de una comunidad histórica con repercusiones en el resto de España sin una pregunta clara, sin saber si conlleva la salida de Cataluña de la Unión Europea».
En este sentido Juanes detalló que en Cataluña existe un «problema político complicado de primera magnitud» ya que las elecciones autonómicas de septiembre se corresponden con la composición de un parlamento autonómico y no con la decisión de separarse de España, por lo que «no es democrático». Por eso, el vicepresidente del Supremo destacó que los votantes desconocen de antemano las consecuencias de estos comicios ya que «como en todo divorcio, desgraciadamente, puede haber un divorcio amistoso y puede haber un divorcio traumático. Evidentemente, si se acude a vías de hecho, el divorcio no va a ser pacífico desgraciadamente, sino que sería traumático».
Mientras, los organizadores de la concentración independentista de la Diada –denominada Via Lliure a la República catalana– desvelaron ayer algunos de los detalles de esta movilización, como la colocación de una «gran urna» en el escenario principal de este acto con miles de papeletas de la votación de la consulta del nueve de noviembre. Para los representantes de la organización, se trata de un «vínculo» entre el proceso participativo y las elecciones «plebiscitarias» del 27 de septiembre.
Además, también anunciaron que se gastarán unos 200.000 euros en una campaña publicitaria para animar a la ciudadanía a inscribirse en esta movilización ya que los 170.000 participantes apuntados hasta ahora son «insuficientes» para «desbordar» la avenida Meridiana. Por eso, el presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, reclamó a la población «un esfuerzo complementario» para que la movilización sea la «mayor de la historia del país». De momento todavía hay 81 tramos de la Meridiana con una «ocupación baja», lo que supone el 60% de la longitud total de esta vía de la ciudad, es decir, unos tres kilómetros.
Pese a esto, Jordi Sànchez recordó que en las manifestaciones de años anteriores la gente se empezó a apuntar a partir del 15 de agosto. Los organizadores esperan conocer un número aproximado de personas que acudirán al evento por cuestiones de movilidad, ya que se esperan unos 2.000 autobuses y deben concretar un dispositivo con el Ayuntamiento de Barcelona para ubicar a estos vehículos, así como a los coches particulares.
EL MUNDO – 19/08/15