EL CORREO 28/11/14
· Además de los puntos programáticos, a Convergència y Esquerra les separan los recelos mutuos ante unos comicios plebiscitarios
Aunque ya hay tanteos previos y por ahora no muy provechosos, a partir de la próxima semana, después de que Oriol Junqueras exponga el martes su hoja de ruta hacia la independencia, el presidente de la Generalitat pondrá en marcha una nueva ronda de contactos con los partidos soberanistas para calibrar qué apoyos tiene su ‘lista de país’ y decidir si hay elecciones anticipadas o no. Tras la autoexclusión de Iniciativa y las CUP, el grueso de la negociación queda en manos de Convergència, Esquerra, la ANC y Ómnium, a día de hoy los pesos pesados del independentismo.
Las conversaciones entre Mas y Junqueras deberán limar asperezas en unos cuantos aspectos programáticos. El primero que deberán dilucidar es si hay una sola lista independentista, que aglutine sin siglas a CDC y ERC y miembros de la sociedad civil, o si se opta por diferentes candidaturas con un mismo programa por la independencia.
Esta última opción es la que prefiere Esquerra porque cree que por separado serán capaces de sumar más, pero si al final pactaran una candidatura única, como pretende Mas, tendrían que acordar el cabeza de lista, la posición de los miembros de un partido y otro y los expertos y personalidades de la sociedad civil que integrarían esa plancha. Mas y Junqueras deberán pactar además los miembros del gobierno de transición que después de las plebiscitarias tendría 18 meses para negociar con el Estado, crear estructuras de país y proclamar la independencia.
El último punto de discrepancia tiene que ver con la confianza mutua. Los republicanos no quieren participar en una operación destinada a salvar a Convergència. A Esquerra le pesa el hecho de aliarse con una formación asociada a los recortes, que tiene la sede embargada por el ‘caso Palau’, con su fundador, Jordi Pujol, en una batalla judicial por haber ocultado su fortuna y que representa a la ‘vieja política’. Por el contrario, los convergentes recuerdan el sambenito que persigue a ERC de que no sabe gobernar y se mantiene instalado en las dinámicas poco constructivas del tripartito.
Forcadell y Llach
Mas tratará de convencer a Junqueras con el argumento de que o los catalanes aprovechan esta oportunidad para alcanzar la independencia o no tendrán otra hasta dentro de mucho tiempo. Mientras tanto, el presidente catalán mantiene contactos con personas de reconocido pedigrí nacionalista, pero sin lazos orgánicos con ningún partido. Mas está decidido a que si el acuerdo con Junqueras no es posible irá hacia delante con su lista mixta de políticos, encabezada por él mismo, y representantes del mundo académico, intelectuales y artistas con fuerte ascendiente ciudadano. El Gobierno catalán guarda con celo los nombres de las personas contactadas, pero se sabe que entre ellas figuran la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, y el cantante Lluís Llach.