Jaime Mayor Oreja, presidente de la Fundación Valores y Sociedad y ex ministro del Interior, consideró ayer en una conferencia el desarme de ETA como «una teatralización ridícula e irrelevante». El que fuera eurodiputado popular hasta 2014 situó en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero el inicio de un «falso proceso de paz» por el cual se ha «blanqueado y legitimado el proyecto político de ruptura de ETA».
El ex ministro participó ayer en una conferencia presentada por María San Gil, junto al escritor Jon Juaristi, dentro del ciclo de charlas El necesario fortalecimiento de España organizado por Valores y Sociedad. En él han participado figuras como José María Aznar. Juaristi coincidió en señalar el desarme como «el sainete trágico de Bayona» a la vez que lamentó que «la impunidad de ETA es un hecho consumado».
Mayor Oreja destacó el papel jugado por Arnaldo Otegi, al que según él hay quien lo considera «un hombre de paz capaz de rebelarse» contra la banda terrorista, «cuando la verdad es que todo este proceso estaba liderado por ETA».
«Es mentira», continuó, «que ETA esté derrotada. Lo que está sucediendo es un proceso político destructivo para España», advirtió Mayor Oreja, ya que «es la alternativa al PNV». Mientras tanto, los partidos que el presidente de la Fundación Valores y Sociedad definió como «constitucionalistas» quedan, aun sumando sus resultados electorales en el País Vasco, «por debajo de la fuerza política de ETA».
Mayor Oreja matizó que el independentismo vasco es «un solo movimiento» junto al catalán, «lo que sucede es que la vanguardia y la retaguardia van cambiando». Tras el plan Ibarretxe, ETA pasó «a la retaguardia» y «el testigo pasó a las instituciones gobernadas por el nacionalismo catalán». En esta carrera por turnos, el ex dirigente popular señaló a Junts pel Sí como la «fórmula política que encontró el nacionalismo» para seguir avanzando. Todo ello, valoró, como consecuencia del «resentimiento político». En este contexto situó también a Podemos, el partido «especializado en agitar y explotar ese resentimiento».
El ex ministro estableció además la existencia de un nuevo orden mundial que intenta «destruir los valores cristianos: la vida, el matrimonio y la familia» con un «laicismo obsesivo». Fruto de ello es el desapego de Mayor Oreja por la política actual: «Muchos nos sentimos huérfanos en lo político y en lo social». Para el ex ministro, los escándalos políticos no son casuales, sino la constante muestra de una «decadencia que preside nuestro presente».