ABC 14/10/13
La investigación sobre Herrira apunta al colectivo Jaiki Hadi, que denunció a la forense opuesta a la libertad de Bolinaga
El operativo de la Guardia Civil que el pasado 29 de septiembre descabezó Herrira abre nuevas vías de investigación para desmantelar la estructura de «makos-Halboka» encargada de mantener la disciplina de los presos, y que junto al «aparato político» constituye actualmente la pieza clave en la estrategia de una ETA que se resiste a desaparecer.
Los dirigentes de Herrira detenidos y puestos en libertad con medidas cautelares se dedicaban, entre otras actividades, a coordinar las distintas organizaciones encuadradas en el citado «aparato de makos-Halboka». El objetivo es trazar una unidad de acción para evitar grietas en un frente, como el carcelario, donde la banda siempre ha exigido máxima disciplina como vacuna contra las deserciones. El magistrado Eloy Velasco, encargado del caso, argumenta que estas reuniones se celebran por lo general en la sede central que el «Colectivo de Abogados» tiene en la localidad guipuzcoana de Hernani.
En estas reuniones participan también representantes de otras organizaciones del entramado de apoyo a los presos de ETA. Entre ellas, según apunta el juez, figuran la Asociación de Familiares de Presos Etxerat, subvencionada reiteradamente por el Gobierno vasco, y el colectivo Jaiki Hadi. Este último, creado en 2008, está integrado por médicos, sicólogos, siquiatras, enfermeros y celadores con militancia activa en la «izquierda abertzale». Entre otros cometidos, se dedica a elaborar las listas trampa de presos de ETA con enfermedades supuestamente graves para reclamar su libertad inmediata.
A favor de Bolinaga
Jaiki Hadi tuvo un importante protagonismo en la campaña de presión lanzada por los proetarras para liberar al reo etarrra Jesús María Uribetxeberria Bolinaga, «Boli». Incluso denunció a la médico forense de la Audiencia Nacional Carmen Baena por defender que el asesino de tres guardias civiles y secuestrador de Ortega Lara podía ser tratado de su cáncer en prisión. A Jaiki Hadi el tiro le salió por la culata, porque después el Colegio de Médicos de Madrid dio la razón a Carmen Baena. El Colectivo de Abogados también es pieza esencial en la estructura «Halboca» ya que sus integrantes trabajan como letrados a tiempo parcial. El resto de su jornada la dedican a participar en el diseño de la estrategia penitenciaria del «complejo ETA»: disciplina de los reclusos, exigir su reagrupamiento en el País Vasco…
Hay, además, otros colectivos que trabajan en el frente de apoyo a los presos etarras y cuyo epicentro es la descabezada Herrira. Torturaren Aurkako Taldea (TAT), creado en 1992, se encarga de impulsar denuncias falsas contra los agentes antiterroristas para neutralizarlos. Gurasoak («asociación de madres y padres de jóvenes víctimas de la represión») tiene como misión denunciar las operaciones contra Segi, antes, y Ernai, ahora.
Todos estos grupos impulsaron en su día Behatokia, un pretendido «observatorio de derechos humanos de Euskal Herria» con vocación de convertirse en «centro de interlocución con organismos internacionales, organismos no gubernamentales y otros grupos defensores de los Derechos Humanos. Behatokia juega un papel relevante en los intentos de la «izquierda abertzale» de «internacionalizar el conflicto» transmitiendo el mensaje de que España oprime al pueblo vasco. Por ello, entre sus misiones está la de interponer denuncias ante tribunales e instancias internacionales.