Cristina Losada, LIBERTAD DIGITAL, 4/10/12
Llamarse a sorpresa ahora resulta, valga la redundancia, muy sorprendente. Durante décadas se ha dejado hacer al nacionalismo catalán una constante –y nada escondida– labor de colonización de las mentes. «Mientras unos regaban el jardín de la diferencia, nadie echaba una gota de agua en el jardín de la convivencia y la Constitución». Lo decía Albert Rivera este martes en el curso de una conferencia que le invitamos a pronunciar en Vigo. El presidente de Ciudadanos decía más, consciente del hastío que han llegado a causar en muchos españoles un victimismo, un ventajismo, unos desafíos cuyos ritmos acaban de acelerarse: «Los catalanes no nacionalistas nos sentimos desamparados».
Ahí está, para quien quiera comprobarlo, la relación de fuerzas. Todos los resortes del poder autonómico, toda su artillería mediática, toda la tupida red que ha dado al nacionalismo la hegemonía cultural, se emplearán a fondo, más que nunca, para excitar el sentimiento separador. Y frente a ese aluvión, ¿qué? Ni un mísero dique. Nada. La dejación de costumbre. El mutis de los dos grandes partidos y, en consecuencia, de las instituciones del Estado, que siempre han actuado como si Cataluña, por algún dictado de la Naturaleza tan inamovible como la ley de la gravedad, perteneciera a los nacionalistas. Como si fueran sus dueños y ellos, unos advenedizos. Como si fueran los criados que para hacerse valer han de imitar a los amos.
Obnubilados por tal espejismo, paralizados por sus complejos, atenazados por absurdos pactos, ni el PSOE ni el PP han dado señal de que se dispongan a recuperar el tiempo y el terreno perdidos. Y bien que podrían. Tienen incluso, por si no quieren entregarse a la funesta manía de pensar, un modelo: la campaña Better Together(mejor unidos) que han lanzado los tres partidos británicos ante el referéndum por la independencia de Escocia. Liderada por un exministro de Hacienda de Blair, Alistair Darling, junto a dirigentes escoceses de los tories y los liberal-demócratas, difunde que la permanencia en el Reino Unido es la mejor opción para los escoceses. Todo con actos en la calle, anuncios en la prensa, vídeos y mensajes de ciudadanos. Una campaña como es debido, vaya.
Cierto, es impensable que los dos grandes partidos pudieran hacer aquí ¡juntos! algo remotamente parecido. Por recrearnos en la fantasía, sería como si, un suponer, Josep Borrell, Josep Piqué y Albert Rivera presentaran en Barcelona la plataforma Mejor Unidos. Pero si tuvieran voluntad lo harían, al menos, cada uno por su lado. De momento, en esa tarea de tejer lazos, tan largamente desatendida, solo está Ciudadanos.
Cristina Losada, LIBERTAD DIGITAL, 4/10/12